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Jueves, 9 de Octubre de 2008

El derecho ignorado a la segunda opinión

En España, cualquier paciente puede consultar a otro especialista si un primer diagnóstico no le convence

ÓSCAR MENÉNDEZ ·09/10/2008 - 21:00h

La segunda opinión debe ser en persona. jupiter

Cuando Mario, un niño de dos años, tuvo una otitis recurrente, la otorrinolaringóloga tuvo claro que había que operarle para introducirle una cánula en el oído y, de paso, extraerle las vegetaciones. Los padres de Mario, asustados, pidieron una segunda opinión, pero en la consulta de la segunda especialista se encontraron también con la de la primera ocasión. Ambas, que parecían muy enfadadas, coincidieron en el diagnóstico y tratamiento con pelos y señales.

Ni estas dos especialistas ni los padres de Mario sabían que la segunda opinión es un derecho reconocido para todos los pacientes españoles, según la Ley estatal de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud del año 2003 y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, que en 2005 aprobó un declaración sobre el asunto.

Práctica escondida

Como no todos los médicos lo aceptan, muchos pacientes prefieren ir a hurtadillas a otro especialista y recabar una segunda opinión. Esa es la opción que tomaron los padres de Mario que, gracias a un tercer otorrino, es ahora un niño feliz y sano pese a no haber pasado nunca por el quirófano.

Según el presidente del Comité Deontológico de la Organización Médica Colegial (OMC), Rogelio Altisent, esta es la peor situación: “Lo más importante es la confianza entre médico y paciente. Y lo peor que le puede pasar al paciente es tener dos médicos atendiendo un mismo problema sin que haya comunicación entre ellos. Es un despropósito, porque, si en la primera consulta el paciente no lo tiene claro, lo normal es que al final acabe con una duda doble”.

A muchos pacientes les preocupa, además, la respuesta del propio médico, como reconoce a Público el psiquiatra de la Universidad de Columbia (EEUU) Robert Klitzman: “A veces, el médico puede sentir como si el paciente fuera un amante que le estuviera engañando. Ha gastado mucho tiempo y energía en el tratamiento, y se puede sentir como si le estuvieran diciendo que ya no confían en él”.

Según un estudio de la Universidad de Michigan (EEUU), más de la mitad de las pacientes con cáncer de mama que pide una segunda opinión acaba recibiendo un tratamiento diferente al original. Un trabajode la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía desveló ayer que el 97,3% de los informes de segunda opinión médica solicitados en esta comunidad en los cinco años de vigencia de esta prestación coincidió con el diagnóstico o tratamiento indicado antes.

En EEUU, varios centros médicos ofrecen su servicio de segunda opinión por Internet. “Somos muy críticos con la vía telemática”, explica Altisent. En España, se han implantado dos compañías –Best Doctors, en Madrid, y Advance Medical, en Barcelona– cuyo principal trabajo consiste en realizar un segundo diagnóstico in situ, a pesar de que los pacientes españoles la pueden exigir en la Seguridad Social.

Aunque la ley lo avala y la ética de los médicos les obliga a aceptarlo, por en medio se encuentra un sistema público de salud que todavía tiene muchas taras. “El agujero negro de la Sanidad pública está en la relación entre la atención primaria y el especialista. Hablamos del derecho a pedir una segunda opinión cuando todavía hay quien tiene problemas para pedir la primera. En cualquier caso, es su derecho”, concluye Altisent.

"Puede ser de ayuda" 

Entrevista con el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Columbia (EEUU) Robert Klitzman 

¿Hay algún estudio que especifique el valor científico y terapéutico de la segunda opinión?

Desafortunadamente, se ha hecho muy poca investigación en este campo. Pero sabemos que una segunda opinión puede ser de gran ayuda, especialmente en casos como las biopsias de cáncer, donde diferentes especialistas pueden realizar lecturas diferentes.

Pero eso puede enfadar o generar celos en el primer médico...

El médico puede pensar que el paciente no confía en él. Los sentimientos que no son puramente profesionales están ahí, aunque se intenten controlar.

¿Cuándo estaría justificado pedir una segunda opinión?

Este es el asunto más delicado. Los pacientes deberían pedirla cuando están convencidos de que una visión diferente sobre su enfermedad puede ser de ayuda. No creo que sea muy positivo para el paciente abusar de las segundas
opiniones.

El auge de Internet, con todo su caudal de información, ¿provoca más interés por obtener una segunda opinión?

Si el paciente encuentra en Internet información sobre otros acercamientos a su problema, debe comunicárselo a su médico. Y, si el médico no presta atención, acudir a una segunda opinión. El problema es que no todo lo que hay en Internet es válido. Muchas empresas venden en la Red medicamentos que no funcionan, lo mismo que ocurre con algunos tratamiento supuestamente alternativos. Lo importante, por encima de todo, es que se realicen más estudios en este campo, que marquen dónde, cómo y cuándo la segunda opinión es beneficiosa.