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Domingo, 11 de Noviembre de 2007

Abás rescata el legado de Arafat como símbolo de unidad y trampolín hacia la paz

EFE ·11/11/2007 - 14:04h

EFE - El presidente palestino Mahmud Abás (c) durante su discurso en una concentración para conmemorar el tercer aniversario de la muerte del líder palestino, Yasser Arafat, en la ciudad cisjordana de Ramala.

Miles de palestinos recordaron hoy en Ramala el tercer aniversario del fallecimiento de Yaser Arafat, en un acto en el que el presidente de la ANP, Mahmud Abás, criticó duramente a Hamás y trató de recabar apoyos a su negociación con Israel.

En un acto cargado de simbolismo y donde no faltaron las banderas palestinas, las del movimiento Al-Fatah, ni las tradicionales "kefías", el pañolón que solía cubrir la cabeza del histórico líder, miles de palestinos se dieron cita este mediodía en la "Mukata" de Ramala, donde Arafat pasó sus últimos años confinado por Israel.

"Abu Amar (nombre de guerra de Arafat) es Palestina y Palestina es Abu Amar. Es el más grande para todo el pueblo", arengó en el acto el diputado árabe-israelí Ahmed Tibi, quien fuera asesor del padre del nacionalismo palestino en los años noventa.

El clamor popular, como antaño, coreaba al unísono "con nuestra sangre y con nuestra vida, nos sacrificamos por ti, Abu Amar".

El acto seguía a la inauguración ayer del nuevo mausoleo y una mezquita que forman parte de un complejo para honrar la memoria de un símbolo que sigue arrastrando a las masas y que ha sido considerado hoy por los líderes palestinos como ejemplo de unidad.

Pese a que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) rechaza hasta la fecha dialogar con Hamás tras la sublevación armada y posterior toma de la franja de Gaza por el movimiento islámico en junio pasado, Abás apeló hoy a la fibra más sensible de los palestinos con la esperanza de recuperar la cohesión social.

Así, en un panegírico a Yaser Arafat cargado de metáforas y alusiones a Hamás, y que inició leyendo un versículo del Corán, Abás recordó que "Abu Amar rechazaba poner la religión en su bolsillo para utilizarla como moneda de cambio para cuando más le conviniera".

Agregó que "él trajo la democracia y la libertad a Gaza, y los asesinos no van a seguir controlándola porque todo el pueblo palestino quiere la libertad y no ser manejado por las armas".

También se refirió a la conferencia de Annapolis (Maryland, EEUU) prevista para finales de mes, que calificó de "oportunidad histórica" para alcanzar la paz con Israel y establecer un Estado palestino con Jerusalén como capital y en las fronteras (previas a la Guerra de los Seis Días) de 1967".

El sobrino de Arafat y ex representante palestino ante la ONU, Naser Al-Kidua, afirmó en un discurso previo que la ANP lleva a cabo duros esfuerzos de diálogo con Israel, al tiempo que exhortó a la unidad del pueblo aludiendo a la división política y administrativa de los territorios palestinos.

Desde junio pasado la franja de Gaza está controlada por los islamistas de Hamás, mientras que en Cisjordania gobierna un Ejecutivo interino nombrado por Abás y vinculado a Al-Fatah.

"Rechazamos lo que sucede en Gaza porque el pueblo palestino es una nación democrática y no fundamentalista", dijo Al-Kidua.

En el mismo sentido se expresó el ex hombre fuerte de la ANP en Gaza y diputado por Al-Fatah, Mohamed Dahlán, quien en declaraciones a Efe afirmó: "Todos apoyamos el legado dejado por Arafat para reconstruir un Estado palestino y no un pequeño estado en Gaza".

Por su parte, Muhamad Ashteia, ex ministro palestino de Construcción y Trabajo y encargado del proyecto memorial de Yaser Arafat interpretó la multitudinaria asistencia como "un mensaje a los israelíes y a la gente que apoya el proceso de paz".

"No nos podemos permitir que la conferencia fracase, porque, si alcanzamos la paz, todo el pueblo la apoyará y si fracasa, Hamás saldrá reforzado", añadió.

Abás mantiene desde hace meses encuentros regulares con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, con el objeto de formular un documento para presentar en la conferencia de paz auspiciada por EEUU y que sirva de base a futuras negociaciones políticas que permitan poner fin al conflicto palestino-israelí.