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Sábado, 10 de Noviembre de 2007

Los socialistas revalidan sus alianzas en la FEMP

El PP puja por colocar a Regina Otaola como presidenta, pero le faltan apoyos

JUANMA ROMERO ·10/11/2007 - 06:30h

Dani Pozo - María Teresa Fernández de la Vega, 'número dos' del Gobierno, flanqueada por el presidente y la vicepresidenta segunda de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Heliodoro Gallego y Rosa Aguilar. A la derecha, el candidato del PSOE, Pedro Castro.

“Este congreso debe ser una fiesta”. Álvaro Cuesta, secretario de Política Municipal del PSOE, paría la frase nada más arrancar, ayer, la IX Asamblea General de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Frase para el lapidario, sí, aunque allí, en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, fiesta-fiesta del municipalismo... no había.

Lo que culebreaba en el ambiente no era el debate sobre los retos de los ayuntamientos, sino el morbo por la doble candidatura a la presidencia de la FEMP. La del PSOE (Pedro Castro, alcalde de Getafe) y la del PP (Regina Otaola, regidora de Lizartza). Irreconciliables.

Si Cuesta hablaba del “escenario de confrontación” que el PP ha querido pintar en la asamblea al plantarse con la candidatura de Otaola, su homóloga y rival, Soraya Sáenz de Santamaría, acusaba a los socialistas de su magra “voluntad de consenso” y de insultar la “capacidad intelectual” de los miembros del PP, ya que Ferraz sólo les propone lo que le conceden los estatutos de la FEMP y lo que ahora mismo tienen: 11 puestos en la ejecutiva del órgano.

Génova se apoya en la ventaja que las urnas le dieron el 27-M: 155.127 votos de más. Pero eso no vale en la asamblea. De nada. El pasaporte a la presidencia lo da el sufragio ponderado de los 7.232 municipios adheridos a la FEMP (ver cuadro). Un sistema que la Federación fijó hace 26 años y que el PP nunca planteó cambiar.

Loa a los acosados por ETA

El maratón de las negociaciones queda para hoy. Anoche, PP y PSOE admitían que no se habían cruzado más ofertas. Sáenz insiste en que “todo está por ver”, y que su partido tiene sus votos garantizados, “cosa que no pueden decir otros”.

Pero el PSOE, con mayoría absoluta de partida, parece blindado a izquierda y derecha. Tanto Montse Muñoz como Lluís Corominas, interlocutores de IU y CiU, confirmaron a Público su apoyo a los socialistas. “Cultivamos con el PSOE una relación muy fluida desde la VIII Asamblea [la de 2003], estamos muy cómodos y, además, el PP aún no ha hablado con nosotros”, aseguraba el responsable convergente. Muñoz, lo mismo: “Génova sólo intenta mantener la tensión en un congreso que se preveía tranquilo. Al final, destruye el debate que importa, el de los desafíos del municipalismo”.

Vamos, la pura fiesta. Ésa que Teresa Fernández de la Vega, invitada a la apertura, abordó de soslayo: el Gobierno, dijo, intentará en la próxima legislatura “sumar a todos” para alumbrar una nueva financiación local, petición eterna de las corporaciones, como recordó el presidente saliente, Heliodoro Gallego.

La jornada sólo produjo dos consensos: la composición de la mesa de la asamblea y el contenido homenaje a 27 ediles y alcaldes de Euskadi y Navarra, luchadores de la libertad entre el terror.

 

 Mayoría absoluta del PSOE

La noticia, el notición de la asamblea, sería que Otaola fuese investida presidenta de la FEMP.
Los números no le cuadran. Porque importa el voto ponderado de los municipios, desde los 2
sufragios de los pueblos de menos de 2.500 habitantes hasta los 100 de las ciudades de más
de un millón de almas. El PSOE lo tiene más fácil porque gobierna en más urbes de 50.000
habitantes. Lo refleja la tabla: de los 27.576 votos acreditados ayer, 14.096 llevan marca
socialista. O sea, mayoría absoluta.