La ingeniería financiera es la causante
Con la quiebra de Lehman Brothers se confirma la crisis de un modelo de hacer banca
Por vez primera se deja que un gran banco quiebre. Esto es malo para sus accionistas y para quienes hayan comprado sus títulos. Pero es bueno para el mercado y para los contribuyentes que se ahorran el saneamiento con cargo a sus impuestos. Hasta ahora se aplicaba la política de "demasiado grande para quebrar".
Llama la atención que cuando los bancos ganan dinero se apropien de los beneficios y que cuando pierden dinero y entran en dificultades se socialicen las pérdidas, saneando las entidades con cargo al erario público. En el caso de Lehman Brothers ha sido posible dejarlo a su suerte porque es un banco de inversión, es decir, un banco mayorista que no lleva cuentas corrientes de particulares.
Sus efectos tan sólo se harán notar entre los grandes inversores que compraban sus títulos y entre las aseguradoras que garantizaban las emisiones para poder distribuirlas mejor. Entre nosotros el impacto de la crisis será limitado. Descensos en las bolsas y dificultades añadidas para las entidades que hayan comprado títulos marca Lehman.
Con esta quiebra se confirma la crisis de un modelo de hacer banca utilizando ingeniería financiera. Se impone una vuelta a los productos simples, comprensibles por el ciudadano medio. No deben circular aquellos productos cuyo riesgo no puede medirse ni ser gestionado.
En buena medida ha sido la ingeniería financiera, creadora de productos de alto riesgo, la causante de la presente crisis financiera.
Quienes por negligencia o deslealtad han contribuido con sus decisiones al presente desastre deberían ayudar a paliar las pérdidas devolviendo los beneficios obtenidos en la comercialización de estos productos tóxicos.
¿Cómo es posible que el presidente de Lehman Brothers se marche a casa con miles de millones de dólares recibidos en forma de bonus?