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Lunes, 15 de Septiembre de 2008

El Ejército boliviano custodia una ciudad en estado de sitio

Reuters ·15/09/2008 - 07:41h

Reuters - El presidente boliviano, Evo Morales, prometió el sábado avanzar con su proyecto de nueva Constitución socialista, a pesar de haber aceptado negociarlo con la oposición para frenar una sangrienta ola de violencia que obligó a dictar el estado de sitio en un distrito. En la foto, granjeros bolivianos partidarios del presidente Evo Morales se enfrentan a otros que se manifestaban en favor de más autonomía del Gobierno de Morales en Tiquipaya , a 50 km del sudoeste de Santa Cruz, el 13 de septiembre de 2008. REUTERS/Bruno Domingos

Las tropas bolivianas comenzaron a custodiar el domingo las calles del distrito amazónico que fue escenario de sangrientos choques entre seguidores del Gobierno socialista y opositores, mientras que la suma de muertos en los enfrentamientos se acercó a los 30.

Los efectivos militares fueron desplegados en Cobija tras haber estado acantonados en el aeropuerto local por más de un día, para cumplir con el estado de sitio dispuesto el viernes por el presidente Evo Morales en el departamento de Pando, cuya capital es la pequeña ciudad.

En un comunicado, la comandancia de la zona militar de Pando advirtió a la población que hará cumplir las restricciones impuestas por el estado de excepción "con el objeto de devolver la paz y la tranquilidad".

Sin embargo, pese a la prohibición de realizar mítines, cerca de un centenar de personas se movilizaron con banderas blancas por Cobija para pedir la paz, según informan varias cadenas de radio, sembrando dudas sobre la efectividad del control militar.

Un corresponsal de Reuters que logró llegar a la ciudad dijo que las calles estaban vacías con apenas presencia policial y agregó que, poco antes de la 23.00 hora local (03:00 GMT), se escucharon algunos disparos.

Desde hace tres semanas, Bolivia se está viendo sacudida por violentos enfrentamientos entre seguidores de Morales y militantes opositores, que buscan frenar el plan del Gobierno de impulsar una Constitución socialista que consolidará la nacionalización de la economía y dará más poder a los indígenas.

La resistencia está siendo liderada por los gobernadores de los ricos distritos orientales del empobrecido país -Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija-, donde los productores latifundistas también están en pie de guerra contra una reforma agraria de Morales.

En medio de la ola de violencia, los departamentos opositores aceptaron abrir un canal de diálogo con el Gobierno para lograr un acuerdo de reconciliación nacional.

El domingo por la tarde, funcionarios oficiales comenzaron una reunión en la sede de Gobierno en La Paz con el prefecto del departamento de Tarija, Mario Cossío, quien representa a la oposición en la segunda ronda de conversaciones.

El vicepresidente de la nación, Álvaro García Linera, reiteró que, sobre la mesa de negociaciones, está la petición de mayor autonomía de los distritos opositores. Pero rechazó cualquiera amnistía por los muertos y daños a la infraestructura que causó la rebelión.

"El Gobierno no va a negociar los muertos; el Gobierno no va a negociar la responsabilidad pena y criminal de los masacradores, los asesinos", afirmó.

Pero, pese al acercamiento, Morales desafió el sábado a la oposición al lanzar la campaña electoral para que los bolivianos decidan en enero en las urnas si aceptan poner en vigencia la nueva Constitución, horas después de haber prometido negociar el texto con sus críticos.

/Por Marco Aquino/.*.