Archivo de Público
Jueves, 8 de Noviembre de 2007

Las FARC piden despejar dos zonas de Colombia para el canje humanitario

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia aseguran que se han producido avances para hacer viable un canje de rehenes con el gobierno colombiano mientras que Chávez anuncia que hoy se reunirá con Álvaro Uribe para informarle puntualmente de los resultados de este primer encuentro.

GORKA CASTILLO ·08/11/2007 - 21:53h

Las proscritas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reclamaron ayer la desmilitarización de las regiones selváticas de Pradera y Florida, en el suroeste del país, como paso indispensable para acordar el intercambio de rehenes con el Gobierno colombiano. Aunque esta propuesta sigue sin satisfacer nada las expectativas de Bogotá, tiene dos novedades esenciales: la organización armada entra por primera vez en contacto directo con un mediador aceptado por todo el mundo como el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Además, garantiza su compromiso "inquebrantable" con un proceso de diálogo que ponga fin a largos años de violencia sectaria en Colombia.

Pero, en el mismo comunicado, las FARC adelantan que el camino por recorrer no será fácil. El grupo guerrillero advierte de que no admitirán presiones militares "ni trampas" del presidente colombiano Álvaro Uribe para "hacer fracasar" un proceso de paz en el que están involucrados desde organizaciones civiles a países como Francia o España.

Las FARC también exigen la inclusión de Simón Trinidad y Sonia, dos responsables de la organización que Colombia extraditó a EEUU, en el intercambio con los 45 rehenes que siguen en sus manos.

Entre éstos se encuentra la franco-colombiana Ingrid Betancourt y tres ciudadanos estadounidenses. Este pronunciamiento se produjo mientras Hugo Chávez y el guerrillero Iván Márquez se reunían en suelo venezolano. Junto a ellos estuvieron la senadora colombiana Piedad Córdoba y el canciller de las FARC, Rodrigo Granda.

Las Farc, por su parte, propusieron que la próxima reunión se realice entre Chávez y el jefe guerrillero Manuel Marulanda. "Marulanda tiene en su agenda 'reunión con Chávez', yo tengo en mi agenda 'reunión con 'Marulanda''. Lo que no sabemos es la fecha", aseguró Chávez al termino del encuentro.

Por su parte, Márquez indicó que "he venido a plantearle al presidente venezolano que si se produce el encuentro (con Marulanda) en el Yari (selva colombiana) seguramente estamos encontrando la solución a los cautiverios tanto en la montaña como en las cárceles".

El grupo guerrillero se comprometió a entregar a Hugo Chávez pruebas de que los secuestrados en su poder siguen con vida .

 

Por su parte, la senadora colombiana del movimiento liberal Poder Ciudadano, Piedad Córdoba, admitió que, a pesar de los esfuerzos diplomáticos para consumar un acuerdo, el canje humanitario se desliza junto al abismo "por la injerencia de fuerzas que desean que fracase".

Córdoba aseguró que "se han movido algunas cosas que se creían imposibles", antes de confirmar que hoy los presidentes Uribe y Chávez conversarán sobre el tema durante la Cumbre Iberoamericana que se celebra en Chile.

 

Tanto familiares de los rehenes como simpatizantes de la guerrilla definen estas negociación como "la hora de la verdad" para el proceso de paz en Colombia.

Ayer, Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata a la presidencia Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC desde febrero 2002, reiteró su optimismo por las gestiones de Hugo Chávez para la resolución de esta crisis. Pulecio también reveló que la nueva presidenta argentina, Cristina Kirchner, le ha trasladado su preocupación "por la negativa del Gobierno colombiano al acuerdo humanitario y los operativos militares que siguen preparándose contra la guerrilla".

Apoyo sindical

Mientras tanto, el principal sindicato colombiano, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), convocó para el día el próximo día 28 una jornada de apoyo a la mediación internacional en esta crisis humanitaria.

Su presidente reconoció el hartazgo de la sociedad colombiana ante tanta sangre y defendió una salida dialogada a este conflicto "ya que ni el Estado ni la insurgencia son incapaces de vencer a su oponente". Sin embargo, fuentes cercanas a estas primeras negociaciones insistieron en su petición de "prudencia y paciencia".