Alimentan con arroz contaminado a pacientes y ancianos en Japón
Por Isabel Reynolds
Hospitales y residencias geriátricas de Japón sirvieron a sus pacientes arroz contaminado que estaba destinado a usos industriales, lo que generó una investigación y denuncia criminal, informó el viernes el Gobierno.
La estafa generó gran malestar entre los consumidores, cuya confianza en la industria alimenticia se vio perjudicada en los últimos años por reiterados escándalos relacionados con problemas de calidad y mal etiquetado en productos que van desde golosinas hasta carne.
"Por el momento no ha habido reportes de problemas de salud porque la cantidad de residuos de pesticida y moho es baja", dijo a periodistas el portavoz del Gobierno, Nobutaka Machimura.
"Pero es un problema serio que productos no aptos para el consumo sean servidos en lugares como hospitales", añadió.
Machimura dijo que se hizo una denuncia criminal contra Mikasa Foods, que se disculpó por vender el arroz como de alta calidad para el consumo cuando estaba autorizado sólo para usos industriales, como en fertilizantes o pegamentos.
La compañía con sede en Osaka vendió cerca de 700 kilos de arroz chino contaminado con niveles mayores a los permitidos del pesticida orgánico metamidofós a la compañía de servicios de comida y bebida Nissin Healthcare Food Service Co, informó un portavoz de Nissin.
El alimento fue utilizado en comidas servidas en 119 establecimientos, incluidos hospitales, hogares de cuidado de ancianos y una guardería infantil.
Según la investigación del ministerio japonés, se sospecha que Mikasa Foods también comercializó arroz proveniente de China, Vietnam y Estados Unidos contaminado con acetamiprid, otros insecticida tóxico.
El escándalo afectó además a los productores de bebidas, como Asahi Breweries, que fue obligado a retirar del mercado 650.000 botellas de "shochu", similar al vodka, porque se descubrió que algunos lotes del producto habían sido fabricados con arroz contaminado.
Pese a que Japón suele producir más arroz del que consume, está obligado a importar alrededor de 770.000 toneladas al año por acuerdos internacionales. Parte suele venderse como arroz de mesa o a los productores de alimentos, aunque el cereal suele mantenerse almacenado por períodos de tiempo muy largos.
En el 2006 el país ajustó las regulaciones de seguridad alimentaria. Pero el cereal involucrado en el último escándalo fue importado antes de eso y ya no cumple los estándares para el consumo.
El Gobierno japonés anunció esta semana nuevas normas para detener la venta de arroz importado que no sea considerado apto para el consumo.
Los comerciantes anteriormente tenían la posibilidad de venderlo como arroz contaminado para uso industrial, pero en el futuro serán obligados a devolverlo a su lugar de origen.