Pederastas y etarras serán vigilados al salir de prisión
El Gobierno anuncia una reforma del Código Penal que permitirá controlar durante 20 años a los agresores sexuales de niños y a los terroristas que muestren "mal pronóstico" de reinserción.
Un plan que trastoca el concepto de redención, por Marco Schwartz
El Gobierno cree saber cómo evitar en el futuro nuevos casos Mari Luz y De Juana: el endurecimiento de las penas que contempla el Código Penal para pederastas y terroristas que incluirá, entre otras nuevas medidas, la pena accesoria de libertad vigilada durante 20 años a todos aquellos que muestren “mal pronóstico” de reinserción una vez hayan cumplido sus condenas. Así lo anunciaron ayer los ministros de Interior y Justicia, Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Fernández Bermejo, en una comparecencia que coincidió con la notificación de la sanción de 1.500 euros al juez Rafael Tirado por no haber ejecutado una sentencia contra el presunto asesino de la niña onubense. Sanción que el propio Bermejo criticó por “benigna” y que auguró será recurrida por la Fiscalía.
La mano dura del Gobierno ya había sido anunciada la semana pasada por el propio ministro de Justicia, pero no estaba incluida en el programa electoral del PSOE para el 9-M, en el que sólo se hablaba de impulsar “las reformas necesarias del Código Penal para mejorar la eficacia en la lucha contra la delincuencia y dispensar una adecuada tutela a las víctimas del delito”. Sin embargo, la polémica social provocada por ambos casos ha llevado al Gobierno a lanzar ahora un paquete de medidas que no se limitará al control de estos delincuentes.
Así, Rubalcaba y Bermejo confirmaron también la creación de un registro de pederastas para el primer trimestre de 2009, que intentará evitar, entre otras cosas, que un pederasta condenado pueda trabajar con menores una vez haya abandonado la prisión. También se incluirá la posibilidad de someterlos a la llamada castración química, siempre y cuando estos la acepten. Fernández Bermejo insistió en que el objetivo final es mejorar la protección de los menores, para lo cual anunció como novedad un “agravamiento” de las penas para aquellos que capten a menores para “espectáculos pornográficos” y a los que ofrezcan material de carácter sexual en el que hayan participado menores.
En el caso de los terroristas, el endurecimiento también va más allá de la libertad vigilada para los reincidentes que no den muestras de reinserción. Así, de salir adelante el proyecto de reforma, los tribunales deberán imponer obligatoriamente a estos medidas de alejamiento de sus víctimas directas una vez que salgan a la calle. Hasta ahora, esta medida quedaba a discreción de los magistrados. Además, los delitos más graves cometidos por los terroristas –“los que atentan contra la vida de las personas”, especificó Rubalcaba– no prescribirán y, por tanto, sus autores podrán ser enjuiciados sin importar el tiempo transcurrido desde su comisión.
Contra bandas organizadas
Las reforma también prevé modificaciones para facilitar la lucha contra el crimen organizado y, en concreto, contra “los grupos transitorios de delincuentes”, palabras que utilizó el ministro Fernández Bermejo para referirse al conjunto de personas que se coordinan para la comisión de actos delictivos concretos y que, hasta ahora, no podían ser condenados por integración en banda organizada, como sí lo son los terroristas o los integrantes de los cárteles del narcotráfico. Para ello, el Gobierno echará mano de la legislación francesa y, en concreto, de la figura de “asociación de malhechores”, lo que permitirá que estos delincuentes vean agravadas sus penas como miembros de una organización aunque esta no sea duradera en el tiempo.
Los que también verán sus penas agravadas serán los patronos de los cayucos y pateras que introducen sin papeles en nuestro país. Hasta ahora, la legislación preveía penas de entre 6 y 8 años de cárcel para ellos. Ahora, si entre los pasajeros de sus embarcaciones van menores, la pena se incrementará automáticamente y podrá ascender hasta los 12 años de prisión.
La reforma del Código Penal, que el Gobierno tiene previsto tener ultimada este próximo otoño para su remisión al Congreso, tendrá el camino expedito en la Cámara Baja, ya que, como apuntaron ayer los titulares de Justicia e Interior, ya ha sido consensuada con el PP.