PÚBLICO - No puede salir sin sus gafas falsas.

Parece que su 'tío' confía en él. Andreu Buenafuente no sólo ha dejado a su 'sobrino' al frente de su programa durante dos meses, sino que además no le ha estado llamando desde la playa para darle la vara por cómo lleva su 'show'. Guionista, locutor y actor, el hombre con las gafas de mentira digiere poco a poco todos los extras que conlleva salir cada noche en televisión y se prepara para el regreso de su 'tito', que el lunes volverá a tomar las riendas del programa.

Se ha quedado el verano entero trabajando. Eso sólo se hace por la familia...

En España, se hace incluso por alguien que no sea por un familiar. Además, ya descansé tres semanas. Era un reto al que había que decir sí o sí.

¿Su ‘tito' Andreu le ha vigilado este verano o le ha dejado en paz?

Afortunadamente, no me ha estado vigilando desde la playa. Además, ha estado tranquilo, sabía que no íbamos a hacer un mojón con su programa. Y, como al rey de España, eso me llena de orgullo y satisfacción.

¿Cómo es su relación real con Buenafuente?

Muy bonita y constructiva, es un jefe estupendo que te deja crecer, te da alas, te deja equivocarte y no tiene miedo a que crezcas a su lado. Eso es una muestra de generosidad y tampoco es habitual. Nunca me ha considerado una amenaza, sino un valor a añadir y a sumar a su programa, y eso es fantástico. Él es muy majo, es como se ve en la tele. Un programa como éste da muy poco margen para que engañes. Lo que ves es lo que hay.

Pues con esta respuesta su jefe va a estar más contento todavía.

Sí, pero no es peloteo, he trabajado con muchos jefes y no es habitual encontrar uno como Andreu. Es justo decirlo.

¿Qué hay de Berto en el ‘showman' que vemos en La Sexta?

(Silencio) ¡Ah! ¿Lo de 'showman' iba por mí?

Claro.

Je, je, es que se me hace muy raro. Veis una versión risueña y optimizada de mí. Cuando uno presenta un programa como éste, hay una parte alegre, cachonda y divertida optimizada al máximo. El resto del día soy todas las cosas que no mola ver en la tele.

¿Por qué lleva gafas sin cristales?

Son mi único fetiche. Si no salgo con las gafas, no me pongo en situación. Puedo salir a actuar vestido de amarillo, no soy supersticioso. Me las regaló un amigo antes de mi primera actuación de teatro. Me dijo que me quedaría bien con la nariz que tengo. Me hizo gracia, me las puse y me daba la coartada como quien se pone una máscara. Y desde entonces no me las he sabido quitar. Si me pongo las gafas, trabajo y si no, no.

¿Es cierto que la voz del ‘seat makinero' que circuló por Internet es suya?

Sí, soy yo con media boca paralizada por la anestesia...

¿Cómo?

Ese día me habían sacado la muela del juicio. Hacíamos un programa de radio con programas de anuncios y mi socio me dijo que la voz era perfecta. No le dimos mayor importancia, pero cuando nos dimos cuenta, era el archivo más descargado.

¿Alguien que hace un ‘late show' puede madrugar?

Es muy complicado. Cuando acababa el programa, para el motor, pero el ventilador continúa unas cuantas horas más. Cuesta. Es difícil.

¿Cómo lleva la exposición de la tele tras haber hecho teatro y radio?

Me he tenido que acostumbrar poco a poco. Pasé todas las fases: me inquietó, me intranquilizó y luego lo normalicé. Ahora me lo tomo con humor porque no he tenido reacciones negativas en la calle. Estos días coincidí en un semáforo con seis chavales que iban en moto y uno empezó a decir: "¡Es Berto! ¡Es Berto! ¿Eres Berto?". Y no me salió nada más que responder: '¿Dónde? ¿Dónde está Berto, hijos de p...? ¡Decidme, dónde!'.