Víctimas sin color político
Un libro publica testimonios de afectados del 11-M, miembros de la Red Ciudadana que rehuyó el uso partidista del dolor
Miembros de la Red Ciudadana exigen «transparencia» en la investigación del atentado. Óscar hernández
He tenido más rabia hacia el Gobierno [de José María Aznar] que hacia los islamistas". Con esta frase lapidaria de la tía de una de las víctimas del 11-M, podría resumirse el hastío de muchos que, en los meses posteriores al atentado, sintieron cómo su sufrimiento era utilizado por políticos y periodistas.
Red Ciudadana tras el 11M. Cuando el sufrimiento no impide pensar ni actuar es un libro que recoge los testimonios de familiares de víctimas, afectados o personas que se relacionaron con la tragedia de forma voluntaria. En el libro, la mayoría de los afectados a los que se da voz comparten la idea de Rita, madre de uno de los 192 fallecidos: "Se utiliza políticamente a los muertos, tanto de ETA como del 11-M, ya que lo único que les interesa a los políticos es llegar al poder y mantenerse ahí a toda costa".
Precisamente, con la intención de huir de ese uso del dolor ajeno por parte de los representantes públicos, en los meses posteriores a los atentados se fue gestando la Red Ciudadana tras el 11-M. Se trata de un espacio independiente, horizontal y sin categorías ni jerarquías, que pretendió, según los autores del libro, "abrir un foro que rescatara la respuesta ciudadana y la solidaridad percibidas durante las primeras semanas después del atentado y que a la vez permitiera a los afectados expresar sus necesidades y sus deseos con libertad".
El grupo de autores que han trabajado en la publicación del libro, y que han decidido autodenominarse Desdedentro, consideran que "la utilización política de las víctimas" es una "obviedad empobrecida" y que lo que verdaderamente importa es que la Red ha permitido poder preguntarse "qué es y qué debe hacer una víctima, sin dar por bueno de antemano el papel preestablecido para ella" por parte de instituciones o los medios.
Pero aunque se pudiese pensar lo contrario, el foro "no se creó como respuesta al uso partidista de las víctimas, sino porque se consideró que habitar un espacio de relaciones sin color político era bueno para elaborar el dolor en colectivo".
"Espacio más político que la política"
Los autores destacan que se trata de una experiencia única, que se "obstinó en relegar el peso de las ideologías como condición para la apertura de un espacio común donde encontrarse con los diferentes para reconstruir ese vínculo humano que es más político que la propia política, sanando las heridas de unas bombas que no discriminaron ningún color".
Los impulsores del proyecto, entre los que se encuentran víctimas como Óscar Hernández, que perdió a su mujer el 11-M, o intelectuales como Amador Fernández-Savater, que se implicó de lleno en el proyecto del libro sin ser golpeado directamente por los atentados, dejan claro que "desde el principio, la Red decidió que en ella no participasen periodistas ni políticos" porque lo que querían era "plasmar cómo han vivido las personas afectadas buscando que los testimonios fuesen más allá de la simple coyuntura política", y contando "cómo la gente desarrolla herramientas de superación en situaciones vitales difíciles".