El colombiano agredido no denunció porque al agresor de Barcelona "no le hicieron nada"
Jaime Saa comparece ante la prensa en la embajada colombiana en Madrid para contar los detalles de la agresión que sufrió el pasado domingo.

El colombiano Jaime Saa Rodríguez, antes la rueda de prensa que ha ofrecido esta tarde en la embajada de su país en Madrid. /EFE
El colombiano Jaime Saa denunció el miércoles la agresión que sufrió en la madrugada del pasado domingo tras ser atacado por cuatro jóvenes, que, al grito de "¡Viva España!", le patearon como a "un balón de fútbol".
"Me tapaba la cara porque las patadas siempre iban a la cabeza. Me golpeaban como si le dieran a un balón de fútbol entre los cuatro", relató Saa durante una rueda de prensa en la embajada colombiana en Madrid, acompañado por la embajadora Noemí Sanín.
Según la víctima, la agresión tuvo lugar sobre las 3:30 del domingo en la localidad de Las Rozas, a unos 30 km al noroeste de Madrid, cuando regresaba a su casa en compañía de su mujer y una pareja de amigos tras salir de una discoteca.
Saa recordó que se quedó un momento atrás para atarse un zapato y cuando iba a reunirse con sus compañeros se cruzó con cuatro jóvenes "con la cabeza rapada, chaquetas y botas".
"Andé como un metro más cuando sentí un golpe, caí al suelo y me dieron de golpes y patadas", añadió la víctima, quien no denunció la agresión hasta el martes en unos juzgados madrileños.
¿Qué voy a denunciar yo?
"¿Qué voy a denunciar yo si a ese chaval que le pegó a la chavala en el tren y fue captado por una cámara no le hicieron nada?", recordó Saa que contestó a su mujer cuando le habló de la necesidad de denunciar.
Jaime Saa se refería a la agresión sufrida en el metro de Barcelona por una adolescente ecuatoriana a manos del joven Sergi Xavier Martí Martínez, de 21 años.
Los golpes que Martí le propinó a la joven fueron grabados por una cámara de seguridad, cuyas imágenes se difundieron ampliamente por televisiones de todo el mundo.
El juez lo dejó en libertad con medidas judiciales para controlarlo y la fiscalía de Barcelona recurrió después que el juez no aceptara la solicitud del fiscal de mantenerlo en prisión provisional.
Los gritos de Jaime alertaron a sus compañeros que volvieron sobre sus pasos, momento en que los cuatro agresores, según relató, se montaron en un coche y huyeron, pasándole muy cerca: "si no me hago a un lado, seguramente no estaría contando el cuento", dijo.