Un registro electrónico controlará el uso del agua
Las 500.000 concesiones que hay en España estarán en Internet antes de final de año.

AFP - Unos caballos pastan en los humedales de Doñana.
Todas las concesiones de agua en España estarán incluidas en un registro electrónico antes de final de año. "Será más moderno que el del catastro", explica el director general del Agua, Jaime Palop. "Una persona desde su casa, a través de Internet, va a poder obtener un certificado, con firma electrónica, que indique qué derecho tiene en relación con un aprovechamiento", añade. La idea es controlar el uso que se hace en España de este recurso escaso.
Este nuevo registro incorpora concesiones de 500.000 regantes, abastecimientos industriales, piscifactorías y usos hidroeléctrico, recreativo y doméstico; en definitiva, todos los usos del agua. El coste de recopilar, actualizar e informatizar todos los expedientes asciende a 120 millones de euros. En el caso de las concesiones de riego, cada una de las fichas incluye información del aprovechamiento, superficie, tipo de cultivo y las parcelas en las que se encuentra.
Esta nueva herramienta informática tiene dos finalidades: conocer quién tiene agua y poder controlarlo. Palop apunta: "Una persona que quiera obtener toda la información del aprovechamiento puede consultar el registro con el dato del titular, las características declaradas de su aprovechamiento, qué tipo de toma tiene, cuál es la concesión, de cuánta agua dispone y, finalmente, cómo puede disponer de ella".
Así, por ejemplo, si alguien controla un aprovechamiento para regar peras en el Segre y se trata de 23 hectáreas en un término municipal concreto, todo figurará en la hoja de registro correspondiente, indica el director general del Agua. Y a partir de esta información con los 500.000 expedientes de concesiones controladas, visitadas e informatizadas, el guarda fluvial podrá comprobar si se extrae más de lo declarado. "Ahora es cuando podemos empezar a hacer un control de aguas", asegura.
Subterráneas
Las extracciones ilegales se producen con más frecuencia en las aguas subterráneas. Los problemas se deben "al descontrol que se ha producido en los últimos años y la percepción que tiene el regante de que el agua es suya", comenta Palop. España cuenta con 3,5 millones de hectáreas de regadío, un millón de ellas regadas por las subterráneas, que abastecen al 20% de la población.
El jefe de Área de Recursos Subterráneos del Ministerio de Medio Ambiente, Manuel Varela, explica que en algunas zonas coincide la explotación no sostenible de las aguas subterráneas con los excesos de contaminación, debido, en el caso de algunos regadíos, a la extracción mayor de agua y a la aplicación inadecuada de fertilizantes y de plaguicidas. Y si se añade que en las proximidades hay un desarrollo turístico importante, el problema se acentúa.
El fertilizante se debe aplicar cuando la planta lo requiere, pero es más cómodo y barato echarlo una sola vez en noviembre. Este problema de protección ambiental y malas prácticas supone la imposibilidad de utilizar esas aguas para el abastecimiento a la población.
Los plaguicidas son bioacumulativos, resistentes y tóxicos, y son más peligrosos que los nitratos. La aplicación de plaguicidas coincide, en general ,con la de fertilizantes. En aguas subterráneas muy profundas, los fertilizantes echados hace 20 años todavía no han llegado al nivel del fondo.
No se trata de un caso de contaminación humana, porque es de origen natural. Las aguas afectadas son de mala calidad y no aptas para abastecimiento potable. Ha aparecido en zonas del subsuelo de cuencas sedimentarias del Duero y el Tajo, y en ese caso se restringe el suministro.