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Miércoles, 27 de Agosto de 2008

Los pilotos del MD-82 no mencionaron ningún problema a la torre de control antes de despegar

La última comunicación fue la autorización para despegar que dieron los controladores a los pilotos

AFP ·27/08/2008 - 16:17h

El piloto y el copiloto del avión MD-82 de la española Spanair que el 20 de agosto se estrelló en Madrid, no mencionaron ningún problema a la torre de control del aeropuerto, según la declaración de 10 controladores a la Guardia Civil, citada por el diario ABC.

La última comunicación fue la autorización para despegar que dieron los controladores a los pilotos, precisaron.

Esto debe ser confirmado por la grabación de esta conversación que contienen las cajas negras del avión, que actualmente están siendo analizadas. Las cajas negras también grabaron el último diálogo entre los dos pilotos, lo que podría esclarecer las causas del siniestro.

Hipótesis

El testimonio de los 10 controladores y de varios supervivientes fue entregado el martes por la Guardia Civil al juez encargado de la investigación. En paralelo, una comisión internacional formada por expertos de Aviación Civil españoles, de la Unión Europea (UE) y de la empresa estadounidense Boeing, que fabrica el modelo McDonell Douglas, busca las causas del accidente.

Hasta el momento varios indicios llevan a pensar que el aparato despegó sin potencia suficiente, aunque el secretario de la comisión internacional, Francisco Javier Soto, no quiso confirmar este punto el martes. Los seis supervivientes que declararon ante la Guardia Civili sintieron "un vaivén, un traqueteo" durante el despegue.

El avión, que llevaba 172 personas a bordo y se dirigía a Las Palmas (islas Canarias, suroeste), despegó el 20 de agosto del aeropuerto de Madrid medio kilómetro después del punto reglamentario para tomar aire. Lo que si está confirmado es que el aparato no se elevó lo suficiente y seguidamente comenzó a descender, se inclinó hacia la derecha y posteriormente tocó suelo con la cola , que se partió. Finalmente rebotó tres veces hasta detenerse cerca de un arroyo e incendiarse.