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Sábado, 16 de Agosto de 2008

Usain Bolt gana los 100 metros con un récord estratosférico de 9.69 segundos

El velocista jamaicano bate el récord del mundo con 9.69 tras una asombrosa combinación de potencia y soltura

IGNACIO ROMO ·16/08/2008 - 16:25h

Bolt posa al lado del nuevo récord mundial que ha logrado bajar hasta 9,69

Jamás se ha visto nada igual en una prueba de 100 metros. Usain Bolt salió bien, sólo por detrás del trinitense Richard Thompson, aceleró más que nunca y se distanció de sus rivales como si se tratara de atletas de categoría juvenil. Cuando alcanzó su velocidad máxima, hacia los 60 metros, miró hacia la derecha, sonrió, extendió los brazos y cruzó la meta sin esforzarse al máximo y golpeándose en el corazón.

De nuevo, el cronómetro encendió al público con un registro de ensueño. Los 9.68 que marcó en un principio quedaron ajustados (se cronometra en milésimas y se ajusta a la centésima superior) a 9.69. Un nuevo récord del mundo, conseguido como sin esfuerzo, con la alegría y la juventud de los atletas naturales. Fue la exhibición de un talento sin igual, de un portento genético, de la máxima expresión del desarrollo muscular de los velocistas jamaicanos. Por detrás de Usain hubo poco que contar. Thompson detuvo el crono en 9.89, la mejor marca de su vida, y se llevó una plata impensable para él.

El estadounidense Dix, con 9.91, hizo lo que pudo por restaurar el orgullo de los velocistas made in USA. Y Asafa Powell, sólo quinto con 9.95, demostró una vez más que la ansiedad de los grandes campeonatos le anula.

El ambiente, la anticipación de la final y la especial electricidad de la noche recordaba mucho a aquella final de los Mundiales de Tokio de 1991, cuando Carl Lewis corrió en 9.86 bajo la luna llena, una final que también tuve el privilegio de presenciar en directo y a la que sólo le faltó la presencia de la llama olímpica que hoy sí ardía en el Nido del Pájaro, el Estadio Nacional de Pekín.

Explosión caribeña

Bolt, que cumple 22 años el próximo jueves y era por tanto el más joven de los finalistas, partió por la calle 4. A su izquierda estaba el estadounidense Darvis Patton y a su derecha el trinitense Richard Thompson, otro de los nuevos valores del Caribe. En realidad, los Juegos de Pekín han vivido la explosión definitiva de los velocistas caribeños, que echaron fuera de la final ayer al mismísimo Tyson Gay. Tres jamaicanos, dos trinitenses y un antillano. Sabor caribeño para una final histórica.

La final contó con un ausente de lujo. Tyson Gay, el hombre que se lesionó hace dos meses en las pruebas de selección olímpica de los Estados Unidos y ha llegado muy justo de preparación, casi convaleciente, a estos Juegos. El estadounidense debe de estar perplejo: se proclamó campeón del mundo hace un año en Osaka derrotando al entonces plusmarquista mundial, Asafa Powell y, un año después, no logra clasificarse entre los ocho finalistas. Este sorprendente grupo de jóvenes talentos del Caribe, esta fenomenal colección de polluelos... le ha expulsado del nido.