El escándalo en Chad afecta a las ONG de apadrinamientos
El fraude, cada vez más sólido, de la ONG francesa Arca de Zoé en Chad ha calado en la solidaridad de los españoles. El caso de secuestro ha coincidido con algunas campañas de captación de financiación cuya incidencia ha sido menor que en otros años. "Antes llamaban enseguida y este año han llamado menos y alguno quejándose de que trabajemos en países extranjeros", constatan en la organización española Ayudemos a un niño que protege en Nicaragua a 3.000 infantes.
Aseguran que el caso olía mal desde un principio. "Nadie se lleva a más de 100 niños por un motivo sanitario. Además, nosotros somos partidarios de que el nivel de vida de los pequeños mejore en su propia familia, elevando el bienestar de la comunidad. No estamos de acuerdo en sacar a los niños de su hábitat", explica Isabel Quero, responsable de los proyectos de Ayudemos a un niño.
Su opinión es compartida por los responsables de Plan e Intervida que mantiene el apadrinamiento de más de 200.000 niños a pesar de estar intervenida judicialmente desde el pasado abril. "Esta gente pretendía plantarse en París y una vez allí, a ver quién se iba a atrever a devolver a los niños. Es una pena que por estos casos se dude del trabajo de miles de trabajadores", explica Ángel Miret, administrador de la ONG que mantiene a sus fundadores entre rejas.
Permiso del país de origen
Quero explica todos los requisitos legales que cumple su organización. "Pedimos permiso al Gobierno de Nicaragua donde estamos registrados como organización, trabajamos junto con su Ministerio de Mi Familia (Asuntos Sociales), y estamos inscritos en la Agencia de Cooperación Española que nos inspecciona como debe ser. Cuando observas cómo trabajan las organizaciones serias te preguntas qué hizo la agencia de cooperación francesa con esta ONG. ¿Y los de Chad que los detienen después de llenar un avión con más de cien niños?", lamenta.
"Un refugio para los niños"
Arca de Zoé mantiene en su web la excusa sanitaria. Un video advierte de que muere un niño en la guerra de Darfur cada cinco minutos. "Un refugio para niños", exigen. Las ONG españolas que trabajan con niños en países conflictivos denuncian que es inviable llevarse a 100 niños por una cuestión de salud. "Lo normal es traer a un niño para operarle con un tratamiento médico concreto, no a 103", explica Quero.
Miret reconoce que el secuestro de los niños en Chad añade un grado más de desconfianza entre los donantes, aunque aún no lo han notado "de manera significativa". Intervida ha perdido 100.000 socios desde el pasado abril.