Fútbol bravo en el infierno
Aguirre duda entre Leo y Coupet. El Shalke y su afición miden al Atlético sin el Kun

EFE - Maxi ensaya el disparo en un amistoso ante el Rayo.
El vanguardista y confortable Veltins-Arena, el único calificado con seis estrellas por la UEFA, suele abrir sus puertas con tres o cuatro de horas antelación para que sus ensordecedores aficionados calienten. No suelen utilizar bengalas, ni componen canciones emotivas, pero gritan como poseídos. Los contrarios son atravesados por los decibelios de sus dos rugidos clásicos y simples: "¡Schalke!" o "¡04!", cifra que corresponde a su año de fundación, 1904.
"Los llevas dentro, los notas encima; están siempre contigo", asegura Kuranyi. "Aquí el fútbol se vive", dice Thon, un grande del fútbol alemán de los años noventa nacido en el mismo Gelsenkirchen. Allí, en la ya deficitaria cuenca minera del Ruhr, y ante esa grada tan pasional, se juega el Atlético parte de su salida definitiva del túnel en el que se sumergió con sus dos años en Segunda.
La última mina de carbón se cerró en 1998 y la tasa de paro ronda el 20 % en una ciudad de 280.000 habitantes. Sin embargo, el drama del desempleo queda soterrado bajo el influjo del Schalke. El club es una vía de escape y un generador de ilusiones para los ciudadanos de Gelsenkirchen. Una manera de sentirse ganadores en un área en el que la economía ha creado muchos perdededores.
Desde la lentilla
La liturgia futbolera dice que hasta que no suena el himno de la Liga de Campeones, en la previa no se escucha, un club no puede considerarse participante. El Atlético está a dos partidos de lograrlo. De regalarle noches de fútbol glamouroso que no vive desde 1997. Desde aquella eliminatoria de cuartos con el Ajax en el que la lentilla perdida de Aguilera tuvo una consecuencia fatal en el desarrollo del partido de vuelta (2-3).
No hay referentes para partidos de fútbol bravo de este Atlético, así que el encuentro será una vara de medir el carácter competitivo de sus jugadores. Un test para comprobar su inmunidad ante un ambiente infernal, su adaptación a esta clase de encuentros en los que errores suelen tener un castigo máximo y calibrar su altura como equipo sin Agüero.
La prueba de hoy es para los que estaban y para los nuevos. El principal examen lo pasará la defensa, muy frágil la campaña pasada y reforzada con dos internacionales, Ujfalusi y Heitinga. También para la portería, con la duda de Leo o Coupet. Assunçao será otro de los testados por su importancia para el equilibrio y la estabilidad defensiva.