Hacienda ve cierto margen para bajar los impuestos
Carlos Ocaña asegura que el crecimiento económico estará en torno al 3% en 2008, pero que tampoco le parecería mal si el incremento es del 2,7%
Sí, pero no. El Gobierno ha vuelto a dejar caer la posibilidad de recortar los impuestos en la próxima legislatura, pero sin atreverse a ofrecer todavía una propuesta o cifras concretas.
El turno de dejarse querer por las esperanzas de los contribuyentes le tocó el martes al secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, quien, respecto a una posible rebaja del IRPF, reconoció que existe “cierto margen, pero habrá que verlo en su momento [...] ya veremos el año que viene o dentro de dos lo que hay que hacer”.
Las palabras de Ocaña, en el foro organizado por Cinco Días, están en línea con la intención expresada por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero hace apenas una semana de reducir la presión fiscal de los españoles. Por el momento, los Presupuestos para el año próximo lo que recogen es una deflactación del Impuesto sobre la Renta del 2%.
La rebaja fiscal parece más perfilada en el caso del Impuesto sobre Sociedades, cuya reforma aprobada en 2006 supone una disminución del tipo general del 35% al 32,5% este año y al 30% en 2008, mientras que para pymes se fija en el 25% desde este año. Ocaña defendió durante su intervención la necesidad de mantener una fiscalidad competitiva para las empresas españolas, en línea con los países del entorno.
En este sentido, para Ocaña, “el debate político en materia de impuestos se ha empobrecido” en los últimos años y acusó de “demagógicos” los programas que prometen “una colosal bajada de impuestos” sin decir cómo se va a llevar a cabo.
En cuanto al resto de los impuestos, el secretario de Estado se mostró partidario de flexibilizar el Impuesto sobre Patrimonio, al que considera “desfasado”, pero cuyo ajuste se debe hacer de la mano de las Comunidades Autónomas. Otro impuesto que acaba en las arcas autonómicas es el de transmisiones patrimoniales (ITP) que, según las previsiones, puede ser uno de los más mermados por la crisis inmobiliaria. “Las transmisiones tienen una reducción en el año, con más importancia para algunas comunidades, pero con un impacto limitado” aseguró Ocaña.
Al hilo de la desaceleración inmobiliaria, el secretario de Estado mostró su optimismo ante una moderación del precio de la vivienda que, en su opinión, “frenará uno de los principales problemas de los ciudadanos españoles”. Ocaña aseguró que el año que viene se crecerá en torno al 3%, pero que tampoco le parecería mal si se crece el 2,7% , como augura el FMI.