Recuperada la grabación del último discurso de Azaña: "Paz, piedad y perdón"
En la única grabación de un discurso de Azaña, del 18 de julio de 1938, el presidente de la República pide a los españoles que atiendan la lección de los muertos en la contienda: "Paz, piedad y perdón"

EFE - El político y escritor Manuel Azaña, en los años 30, uno de cuyos discursos acaba de ser recuperado.
Barcelona, 18 de julio de 1938. Con voz quebrada y emocionada, el presidente de la República, Manuel Azaña, pide a los españoles -al final de la grabación de su último discurso y cuya copia restaurada ha sido presentada hoy- que atiendan la lección de los muertos en la contienda: "Paz, piedad y perdón".
Ésta es además la única grabación oral de un discurso de Azaña, que en sus setenta minutos de duración, según ha asegurado el catedrático de Historia Santos Juliá en la presentación del documento, condensa la lucidez emotiva y desolada del líder republicano. "Éste es el legado de Azaña. Donde está él entero", ha añadido.
Los discos de 78 revoluciones por minuto, en los que estaba regrabado el discurso original, llegaron a manos del Gobierno en febrero de este año gracias a un donante anónimo que los envió a la Embajada de España en México.
Sin embargo, las copias estaban en condiciones "regulares", cubiertas por una fina capa de grasa que impedía que las agujas reprodujeran la grabación. Para poder volver a escucharlas, Radio Nacional de España se ha encargado de su restauración.
Santos Juliá ha explicado que en este "tremendo" discurso, pronunciado ante las máximas autoridades de la República en el Ayuntamiento de Barcelona, Azaña pone de manifiesto una "lucidez política inigualable por ningún otro orador".
En él, a juicio de Santos Juliá, el presidente de la República lanza la "enésima" llamada de atención a la Sociedad de Naciones para que intervenga en un conflicto, que, para Azaña, se estaba prolongando por culpa de la intervención de países extranjeros.
Juliá -especialista en la obra del político republicano- ha loado la "genial intuición" del presidente español, quien fue capaz de prever que la Guerra Civil se había convertido en la "primera batalla" de la II Guerra Mundial.
La utilización de la palabra "paz" al final de su discurso generó controversia entre los sectores del bando republicano que todavía apostaban por una victoria militar. Por este motivo, ha explicado, El Socialista y El Sol (diario del Partido Comunista en Madrid) la eliminaron en sus transcripciones.
En la grabación original no están recogidas las primeras palabras del presidente, por lo que daba la sensación de que éste hablaba en nombre propio y no como jefe del Estado. El inicio del discurso sí apareció en la transcripción que La Vanguardia publicó el 20 de julio de 1938.
"(Cada vez que los Gobiernos de la República) han estimado conveniente que me dirija a la opinión general del país, lo he hecho desde un punto de vista intemporal...", comienza Azaña.
Aunque las relaciones entre el presidente del Gobierno, Juan Negrín, y el de la República -ha proseguido Santos Juliá- se habían deteriorado tras la batalla de Teruel, el jefe del Ejecutivo conocía las líneas fundamentales del discurso.
En opinión de Santos Juliá, las consideraciones políticas y morales que el presidente de la República va apuntando a lo largo de su intervención provocaron que Negrín hablara del "pesimismo sombrío" de Azaña, pero esa percepción pesimista estaba provocada por su "lucidez", ha apostillado.