La hipoteca media sube casi 77 euros al año
La inflación de la zona del euro deja su récord en el 4%, dos días antes de la reunión del Banco Central Europeo en la que puede decidir subir tipos
La pesadilla de Jean-Claude Trichet -presidente del Banco Central Europeo (BCE)- se convirtió ayer en realidad. Según datos provisionales, la inflación conjunta de los países de la zona del euro tocó en junio el 4%, su récord histórico y el doble del objetivo fijado por el BCE. El dato presiona a los miembros del organismo en la decisión sobre los tipos de interés que deben tomar en la reunión de pasado mañana. Muchos expertos esperan una subida de un cuarto de punto, hasta el 4,25%, ya anticipada por Trichet, Varios Gobiernos, entre ellos el español, temen que un alza del precio del dinero dañe más a la economía. Además, en junio, España ha aumentado una décima su diferencial de inflación con la media de la zona euro, hasta 1,1 puntos.
Máximos Euribor
Por lo pronto, el Euribor, la referencia que toman la mayoría de las hipotecas en España, batió en junio un nuevo máximo histórico mensual en el 5,361%. Con este hito, que debe ser confirmado por el Banco de España, una hipoteca media (150.000 euros) contratada en 2007, por un plazo de 26 años, subiría 924 euros al año, o 77 euros más al mes.
Este es el cuarto mes consecutivo que el indicador cierra al alza, poniendo en aprietos a muchas familias y contradiciendo la opinión de los expertos que dicen que ha tocado techo. Si finalmente el BCE sube los tipos de interés, el indicador interbancario continuará sus subidas.
Además, el alza de los tipos tendrá otros efectos colaterales. Por un lado, los depósitos y los productos de renta fija ganarán en rentabilidad, algo que interesa a los inversores, que no encuentran un interés en los mercados superior al de la inflación. Por otro, el alto tipo de interés europeo frente al actual estadounidense (2%) reforzará la compra de euros lo que puede volver a llevar a la divisa comunitaria a máximos.
En los últimos meses, se ha observado una correlación entre la apreciación del euro y la subida del precio del petróleo, así que la decisión del BCE puede tener un efecto de segunda vuelta en la inflación, lo que precisamente pretende evitar.