'El coloso' ya no es un goya
Los expertos de El Prado creen que lo pintó su único discípulo Asensio Juliá. Los especialistas del museo lo sospechaban desde 1991.
Los inciertos vaivenes del arte
El supuesto autor
Según los expertos del Prado, el autor de El coloso es el discípulo Asensio Juliá. Nació en Valencia y fue el único alumno conocido de Goya. Entre 1797 y 1798 ayudó al consagrado pintor a dibujar los frescos de San Antonio de la Florida de Madrid.
Allí se supone que el aragonés le hizo este retrato, que hoy exhibe el Museo Thyssen-Bornemisza. En él, el maestro pintó al Juliá con sus útiles de trabajo en plena faena. La dedicatoria da cuenta de la estima que tenía "Goya a su amigo Asensi", una estrecha relación. Los expertos sospechan que hay más lienzos de Asensio por "descubrir", pues sólo se le han atribuido hasta ahora una decena de cuadros.
El cuento de ‘La lechera'
Las sospechas que se empezaron a cernir sobre El coloso en la exposición de Goya que el Prado organizó en 1991 afectaron también a La lechera de Burdeos. La misma experta en el artista de la pinacoteca, Manuela Mena, encendió la polémica al cuestionar la autoría del cuadro, que algunos atribuyen a Rosarito Weiss.
A la especialista le extraña que las manos del cuadro estén ocultas, no le casa el colorido con la oscuridad que Goya empleó en sus últimos años, ni el fondo sin brillo, sin transparencia. Tampoco le convence la sonrisa sin expresión de la lechera, el moño y los rizos poco conseguidos, la postura de la figura y la pincelada emborronada y sucia.
El falso Rembrandt
Las falsas autorías no son exclusivas de Francisco de Goya. El director del Staatliche Museum de Berlín se llevó un buen disgusto cuando se decidió descatalogar El hombre del casco de oro de Rembrandt.
Es un ejemplo de una obra que por cambiar de autoría no ha perdido su calidad artística, pero que, al ser considerada de la escuela y no del maestro, tiene un efecto psicológico negativo en la memoria colectiva y en el mercado del arte, donde la etiqueta o la marca de su autor es la base para asignarle un precio real. El jinete polaco o La novia judía son otros cuadros del holandés que han sido recusados y que inicialmente fueron considerados parte de su obra.