"El ruido por Raúl nos unió más a Luis"
El fútbol en la cabeza. 28 años. No es el capitán de la selección, pero sí de su juego. Es el futbolista que más participa, el que más toca la pelota, y el que marca el ritmo y el estilo

AFP - Xavi juguetea con un balón, durante un entrenamiento con la selección.
El jefe de la selección. O su cerebro. O la prolongación de Luis sobre el campo. O la bandera del toque, una filosofía de juego de la que se ha colgado España y que ha sido en ocasiones y desde dentro puesta en entredicho.
A la que puede, recuerda el dominio y el toque como la forma obligada de juego. ¿La percibe en peligro?
No. Pero nuestra filosofía es ésta. Tener el balón, que es además nuestra manera de defender. No es nuestro fuerte, pero cada vez defendemos mejor, nos juntamos, volvemos a tocar y salimos. El equipo tiene varias opciones tácticas, pero la base es tocar, abrir a banda, buscar entrelíneas, triangular.
Xabi Alonso dice que se abusa del ‘gilitoque’. ¿Se da por aludido?
¿Pero qué es el gilitoque?
Tocar y tocar sin profundidad.
Pero la profundidad nos la da la movilidad arriba. Si tienes mucho toque y no hay movilidad por delante del balón, es imposible tener profundidad. Nos obligan a jugar lateralmente. Y también depende del rival. Italia nos esperaba atrás. Tenía dos líneas de cuatro y así es muy difícil meter un balón en profundidad. En cuanto queríamos entrar, pam, nos la robaban. Por eso era mucho tocar, mucho tocar... Para llegar al área. O pegarle, que es otra de nuestras asignaturas pendientes.
¿O sea que la culpa de la horizontalidad desesperante no es de ustedes sino de los puntas?
El que manda es el que tiene el balón. Pero lógicamente si estás solo en medio campo y no hay movilidad, no puede haber profundidad. Por mucho que intentes tirar arriba, el balón va a ser del contrario. Por eso es mejor, recular, tocar, tocar y buscar el agujero. Pero siempre dependes del movimiento por delante del balón.
¿Torres dice que a la selección le viene mejor el contragolpe que el toque?
También. Y más si lo dice Torres, que es el mejor futbolista de contragolpe que he visto en mi vida. Tiene una fortaleza física brutal, velocidad, resistencia... Te hace 50 sprints en un partido y el tío sigue. Tenemos esa opción, sí.
¿Será también el arma ante Rusia?
Sí y no. Depende del resultado. Adelantarnos, como en la primera fase, te permite echarte atrás, darle la iniciativa, robar y salir al contragolpe. Se puede jugar más tranquilo, como hace el rival con nosotros cuando vamos 0-0. Pero de salida, tenemos que buscar el partido, presionar arriba y meter velocidad a la circulación.
¿Por qué no conectan Torres y usted?
No lo sé. Quizás por circunstancias del juego. Quizás abro más a banda que busco a Torres en profundidad. Tampoco he tenido una opción clara de verle al contragolpe. Ante Italia, sí conecté una vez con él. Son opciones del juego. Pero tal y como jugamos, el delantero centro, el Niño en este caso, entra poco en juego. Igual toca sólo 18 o 20 balones. No sólo soy yo quien no conecta con él. Con Villa conecto más, porque juega más cerca, más por la zona de entrelíneas.
Les molestó mucho que se aireara su incompatibilidad con Cesc, pero finalmente se ha demostrado.
No estoy de acuerdo. Depende de las circunstancias, podemos jugar juntos. Ante Rusia jugamos juntos con el marcador favorable. Porque poblamos el centro del campo, ya no necesitamos dos puntas de referencia. Con Suecia e Italia, como se va empatando, el cambio es un medio menos ofensivo, como yo, por uno más ofensivo, como Cesc. Si mañana vamos 2-0, seguro que el cambio no va a ser Xavi por Cesc. La gente no lo entiende. Ve el cambio Xavi por Cesc, y dice “lo ves, no se entienden”. Y eso es mentira. La clasificación la hemos jugado enterita los dos juntos en el medio del campo.
¿O sea que sólo caben juntos con cinco centrocampistas?
No y más veces. Pero el pivote muy defensivo sí es necesario.
¿Le preocupa que la cantinela se instale?
A mí me da igual, porque me lo han hecho siempre. Me lo dijeron con Guardiola, con Iniesta, con Rochemback, con Petit, con Gerard... Me da igual, Al final se demuestra que ningún futbolista es incompatible con otro. Hay muchas formas de jugar y ni un solo futbolista igual a otro. Y con nuestro estilo, al lado de Cesc me encuentro cómodo.
La selección es la suma de 11 iguales. Pero usted es un poco más jefe que ninguno.
No me siento el jefe. Pero sí me siento un futbolista importante aquí, porque la filosofía me va como anillo al dedo. El míster me ha dado confianza desde el primer día para organizar y empezar las jugadas de ataque. Participo mucho y me siento importante. Noto la confianza del entrenador y de los compañeros. Así es fácil rendir.
Si España se defiende tocando, usted es el jugador del equipo más importante en defensa. Vaya contrasentido.
Ha costado que calase, pero es verdad. El míster se ha puesto muy cabezón. Insistía en que los jugadores que traía era para hacer este fútbol. Y hemos demostrado que se puede competir así. Teniendo el balón, amagando, conservándolo, te llegan menos.
¿Cuando se fue Raúl, temió que le hicieran a usted tirar del carro?
Esa frase es totalmente equivocada. Tirar del carro en el sentido de grupo, de animar al compañero, quizás. Pero en el sentido del fútbol, del carro tenemos que tirar todos. Habrá algunos más trascendentes, como ahora Villa, porque es el que hace los goles, o el Niño. Pero, por ejemplo, nadie habla de Capdevila y está haciendo un trabajo fantástico. Raúl siempre fue una referencia, pero del carro tiramos todos.
Ayer, Casillas lo apuntó. Aunque Raúl no tenga la culpa, ¿el ruido que generó su debate, terminó por unirles alrededor de Luis?
Sí, el ruido por Raúl nos unió más al míster. Pero no por el hecho de que Raúl esté fuera. Porque Raúl es un ejemplo en todo. Pero el hecho de la prensa, todo tan ruidoso, nos hizo juntar más, estar más con el míster. Porque es una persona que va de cara, que te dice las cosas, que no te engaña. Cuando estás mal te lo dice, pero te anima, te apoya. Con una persona así, cuando las cosas iban mal y le apretaban... Ese ruido forjó esta unión.
Porque el buen rollo es evidente. Las caritas de otros años no se ven.
También es por los futbolistas que hay. Y las dinámicas. Ahora hemos pasado a semifinales y el grupo es fantástico... Supongo que será como en la prensa: si hay un vinagre, se ensucia el ambiente. Pero en ese sentido, en la selección hay buena gente. Hay armonía, nos llevamos bien. Es una base buena.
¿El toque de Luis a Torres y a Ramos puso en peligro esa armonía?
Bueno, en peligro no hubo nada. Porque en cuanto hay un problemita el míster lo quiere hablar con el grupo, con los capitanes, con todos, con la persona implicada. La gente, hablando se entiende. Y Luis dialoga.
¿Qué le pasa a Iniesta?
Yo lo veo bien a Andrés, de verdad. Siempre hay que buscar alguno que no está bien, que no está bien. Empezamos por Ramos, ahora Iniesta. Yo pienso que está bien. La gastroenteritis le ha dejado un pelín débil, no juega en la posición que más le va, pero tiene libertad para hacer. Contra Italia estaba bien. No pasa nada. Aunque esté mal en algunos minutos, hay que esperarle porque es capaz de hacer cualquier cosa. Mire el pase a Villa ante Rusia... Cualquier jugada, una pared, esos primeros metros en los que mata al rival...
¿El trauma de cuartos se sentía real?
Sí, sí. Había presión. Era un maleficio histórico. Por más que decías, era así. Y lo piensas, y lo piensas, y lo piensas. Hemos tenido suerte, la verdad. Con nuestra filosofía, pero hemos tenido suerte. La que no han tenido otros años. No hemos hecho nada aún, pero el peso que nos hemos quitado es muy grande. Hay que aprovechar la oportunidad.
Pero Arshavin es muy bueno.
Sí, muy bueno, me ha sorprendido. Y Zhirkov, y Pavlyuchenko, gente que no conocía. Y Zyrianov...
Sí, ése es el que se le pega y no le suelta.
Sí, sí. Normalmente se me pega alguno... El otro día Perrotta, como un perro. Me toca vivir los partidos con 30 ojos, como en el medio de un rondo. Pero te acostumbras.
Catalunya lo celebra, el País Vasco... La selección está rompiendo mitos...
Yo pienso que el fútbol no entiende de política. Para mí tampoco. Un independista amigo mío quiere que gane la selección. ¿Por qué? Porque es fútbol. No va a ir con Rusia, Y las emociones no se fuerzan, son espontáneas. Y esto se tiene que celebrar.
¿Quién va a ganar la Eurocopa?
Tengo que decir España. De todas, todas.