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Lunes, 23 de Junio de 2008

Rajoy y sus fieles destacan que Aznar está jubilado políticamente

Aguirre se considera un verso que "rima con la inmensa mayoría de los votantes" del PP

YOLANDA GONZÁLEZ ·23/06/2008 - 19:50h

Que el discurso de Aznar ha escocido en el círculo más próximo a Rajoy no es un secreto. No entienden porqué se ha mantenido al margen de la crisis argumentando que no es nadie en el partido y llega el congreso y pone patas arriba los años de gestión de Rajoy. Y el enfado lo mostraron ayer en público. Destacaron las voces de sus últimos fichajes para la cúpula del partido y las del propio líder.

Situaciones opuestas

A Mariano Rajoy le tocó ayer valorar el resultado del recién concluido congreso ante los micrófonos de Onda Cero y Punto Radio, la pregunta sobre Aznar era obligada.

El líder de los conservadores cree que el discurso del presidente de FAES fue "fundamentalmente reivindicativo" de la gestión del PP cuando ocupaba la Moncloa. Pero ahora las cosas han cambiado. "Ahora estamos en otra situación en la que Aznar no está en política. España ha ido cambiando, el PP también y los problemas que tenemos encima de la mesa no son los que teníamos cuando nosotros gobernamos". No obstante, para escenificar alguna sintonía, apuntó que en cuanto a los valores a los que se refirió Aznar, "pienso lo mismo".

Mirar al futuro

Por su parte, la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a respaldar a su jefe. Ya lo había hecho en público, en su discurso en el cónclave del PP, al pedir que su partido mire al futuro y al mostrar su disposición a escuchar las críticas siempre y cuando se presenten alternativas. Ayer, en Radio Nacional de España, intentó quitar hierro al asunto al apuntar que Aznar mostró su "apoyo responsable a Rajoy y uno, nunca apoya a ciegas".

La recién nombrada secretaria general del PP también cerró filas con Mariano Rajoy. En sendas entrevistas en Telecinco y TVE reconoció que Aznar expuso lo que piensan "todos" en el partido. Pero, por si hubiera alguna duda, "el discurso que vale, el discurso importante y el discurso del líder del partido es el de Mariano Rajoy", advirtió.

También aprovechó para echar otro cable al presidente del PP con otro de los temas más espinosos del congreso: la ausencia de María San Gil. Dijo haber telefoneado a la líder del PP de Euskadi y que "dentro de poco" se va a percibir que esta es "una mujer del PP". En el entorno de San Gil aseguran que De Cospedal llamó a San Gil el jueves, no ayer, y que las declaraciones son sólo "su impresión personal".

El nuevo portavoz del partido, Esteban González Pons, y el vicesecretario Territorial, Javier Arenas, no se quedaron tampoco al margen. El primero, dejó claro que "el camino que tenemos que emprender, tenemos que recorrerlo nosotros, no José María Aznar"; el segundo, que el discurso de Aznar y el de Rajoy fueron "coincidentes".

No todo fueron paños calientes. Parece que los críticos no están dispuestos a dar al líder del PP un sólo día de tregua. Quienes ponían como fecha del fin de las hostilidades el día de ayer, una vez cerrado el congreso, se equivocaron.
Esperanza Aguirre seguía tirando de literatura para reivindicarse como persona de referencia: "Soy el verso que rima con la inmensa mayoría de los votantes del partido". No se ve como la gran "perdedora" y aseguró que lo del "verso suelto" era una broma.
Para tranquilizarla, María Dolores de Cospedal aseguró que la lideresa iba a estar de forma "muy palpable" en el proyecto del partido. Y el propio Rajoy se comprometió a convencerla para que no se sienta "ningún verso suelto".
Alejo Vidal-Quadras, vicepresidente del Parlamento Europeo, por su parte, aseguró que el alcade de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, "sigue en una posición de pantera agazapada esperando dar el salto", en referencia a sus ambiciones en el partido. Y, desde fuera del partido, el locutor Federico Jiménez Losantos culpó a Aznar del "hundimiento del PP" por haber escogido a Rajoy como sucesor.
Aguirre, satisfecha
En medio de estas voces, el líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, intentó calmar las tensiones al decir que la propia Aguirre le había dicho que estaba "muy satisfecha", informa Pancho Tristán.