EFE - En la imagen, el presunto etarra Ignacio Javier Bilbao Goikoetxea, "Basur", durante el juicio contra él por amenazas al magistrado Baltasar Garzón. EFE/Archivo

El etarra Iñaki Bilbao, que cumple condena por el asesinato en 2002 de un concejal socialista en Guipúzcoa, se encuentra ingresado en el hospital de Puerto Real (Cádiz) a causa de la huelga de hambre y de sed que inició hace nueve días.

Según fuentes sanitarias, el terrorista fue trasladado ayer por la tarde desde la prisión gaditana del Puerto de Santa María al centro médico de Puerto Real para ser atendido de los trastornos derivados de la huelga que el interno comenzó el pasado día 22 para pedir la autodeterminación del País Vasco. El recluso, que ha perdido casi veinte kilos desde que empezó la huelga, presentaba, según las fuentes, una fuerte deshidratación y un padecimiento hepático, por lo que el juez de vigilancia peniteciaria determinó su traslado al centro sanitario.

Allí, tras ser hidratado, se le suministrará alimentación parenteral forzosa, a la que ayer no se había resistido, aunque comunicó su voluntad de seguir con sus abstinencia de alimentos y líquidos. El terrorista cumple actualmente una condena de 45 años de cárcel como autor de la muerte del concejal socialista de Orio (Guipuzcoa) Juan Priede Pérez, en marzo de 2002, a quien asesinó de varios disparos cuando se encontraba en la entrada de un bar de esa localidad.

Además, la Audiencia Nacional le condenó el pasado 11 de octubre a catorce años de prisión por amenazar de muerte y proferir insultos graves contra los magistrados del alto tribunal Alfonso Guevara y Baltasar Garzón, durante un juicio celebrado contra él en septiembre de 2006. En concreto, durante la vista oral celebrada el 7 de septiembre de 2006 contra Bilbao por haber amenazado al juez Baltasar Garzón, cuando éste trataba de tomarle declaración en su despacho en mayo de 2003, el etarra profirió amenazas tales como "te voy a arrancar la piel a tiras, fascista, te voy a meter siete tiros, ven tú aquí si tienes huevos".

Durante aquella vista, Bilbao reiteró en varias ocasiones su defensa de la lucha armada y su no reconocimiento del Tribunal que le juzgaba, al que calificó de fascista y represor, tras lo que finalmente tuvo que ser expulsado de la sala por alteración del orden.