Juan Bautista Soler quedó prendado de Ronald Koeman el pasado verano. El presidente del Valencia trató entonces de zanjar el conflicto entre el director deportivo, Amedeo Carboni, y el entrenador, Quique Flores, desprendiéndose de los dos.

Encontró en Miguel Ángel Ruiz el sustituto de  Carboni y se llevó el rechazo provisonal del elegido para suceder a Quique: Ronald Koeman. Pero al explicar los motivos por los que decía que no, el holandés conquistó para siempre a Soler.

Koeman se debía al PSV, había dado su palabra de que se quedaría allí esta temporada y ni todo el dinero del mundo le compensaría una traición. Soler pensó para sí: este tío merece la pena. Y cerró un acuerdo para que dirigiera al Valencia a partir de junio de 2008. Hasta entonces, Quique seguiría al frente del equipo. Lo desveló Abellán la otra noche en El Tirachinas.

Lippi, no por un año

Los resultados, el ‘vete ya’ de la grada y el desencuentro con la plantilla, precipitaron los acontecimientos. Quique  fue destituido. Había que encontrar una solución puente sólo hasta el final de temporada. Y además debía ser un entrenador de relumbrón. O sea, una combinación imposible. Marcelo Lippi dijo que en esas condiciones no fichaba. Y  Capello tampoco aceptó. La opción Koeman volvió a cobrar fuerza...

Faltaba convencer al técnico de que anticipase su llegada, de que rompiese su compromiso con el PSV. El acuerdo sólo era posible si se negociaba con el club holandés. Y es lo que ha hecho el Valencia. Los holandeses sacan tajada de la operación. Koeman se va con la conciencia tranquila.

Koeman resume las condiciones que buscaba el Valencia: juventud, ambición y prestigio. Pero un estilo el del holandés que, sin embargo, no cuadra con el preferido de los jugadores del Valencia. “Es hora de olvidarse del jogo bonito”, dijo hace poco el siempre práctico Albelda.

Koeman propone un juego más alegre. El Valencia sospecha que ganará la idea del jugador. “Quizás tampoco haya al final tanta diferencia entre el modelo de Quique y el de Ronald”, dice uno de los máximos responsables del equipo. Ya se verá.