¿Escépticos frente al cambio climático? No, gracias
El secretario general para la Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático analiza el debate sobre el calentamiento global
A pesar de que sólo recientemente ha cobrado protagonismo público global, el cambio climático ha suscitado la preocupación de los científicos y de la ONU desde hace décadas. Dada la trascendencia de la cuestión, y la necesidad de información científica contrastada para orientar las decisiones de la comunidad internacional para hacerle frente, en 1988 se constituyó el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), abierto a todos los países miembros del PNUMA y de la OMM. El IPCC tiene como misión evaluar en términos exhaustivos, objetivos, abiertos y transparentes la mejor información científica, técnica y socioeconómica disponible sobre el cambio climático en todo el mundo. Su trabajo en los últimos 19 años le ha convertido en la referencia científica indiscutida a nivel internacional.
El IPCC elabora periódicamente informes de evaluación basados en las publicaciones especializadas que constituyen la base científica sobre la que se apoya la negociación multilateral. El último de ellos, cuyo informe de síntesis debe aprobarse en Valencia, en noviembre, ha contado con la participación de casi 5.000 expertos de todo el mundo. De acuerdo con los avances proporcionados por los diversos grupos de trabajo, es posible anticipar que dicho informe establecerá que el calentamiento del sistema climático es inequívoco, dada la evidencia de incrementos en el promedio de la temperatura del aire y del océano, la fundición de nieve y hielo, y el incremento del nivel medio del mar a nivel mundial, así como que la mayoría del incremento observado es muy probable (superior al 90%) que sea debido a la actividad humana.
Éste es el consenso establecido por los mayores expertos del mundo en la materia tras un trabajo continuado durante dos décadas. Las opiniones críticas son necesarias y bienvenidas, siempre que se sometan a los procedimientos de revisión por expertos establecidos en la literatura científica. Sin embargo, las posiciones escépticas no basadas en la ciencia sólo contribuyen a confundir a la opinión pública y a proporcionar excusas a quienes, de forma en ocasiones interesada, sólo pretenden obstaculizar la adopción de medidas para hacer frente al cambio climático. Sin duda lo más prudente y sensato es aceptar el consenso científico que reclama una respuesta urgente y decidida por parte de todos los países. Al Gobierno de España no le cabe duda de que nuestro país debe continuar contribuyendo, aún con mayor intensidad y compromiso, a esa respuesta.