Rumbo a Madrid repletos de explosivos
‘El Chino’ trajo la Goma-2 desde Asturias, al mismo tiempo que un comando de ETA intentaba colar una furgoneta bomba

EL BULO: Etarras ante el juez
La coincidencia en el tiempo entre el viaje de la furgoneta repleta de explosivos que quería colocar en Madrid un comando de ETA –y que finalmente fue interceptada por la Guardia Civil en la localidad conquense de Cañaveras– y el viaje cargado de Goma 2 que los islamistas hicieron desde Asturias alentó la tesis que defendía una supuesta colaboración entre la banda armada y Al Qaeda para cometer el atentado.
El hecho de que no hubiera contactos telefónicos entre los islamistas y los etarras no les desanimó, y aseguraron que ambas caravanas iban a confluir en la finca de Morata donde la célula terminó montando las bombas. Un defensor pidió que declararan los dos etarras detenidos. El magistrado accedió.
LA VERDAD: Ni viajes a Irak ni amigos de ‘El Chino’
Gorka Vidal e Irkus Badillo, los etarras que fueron detenidos cuando intentaban introducir en Madrid la llamada caravana de la muerte en febrero de 2004, acudieron a declarar en el juicio el 23 de abril. Ambos negaron con idénticas palabras su participación en el 11-M y cualquier relación con islamistas.
El primero, a quien se le escapó alguna risa durante el interrogatorio de los abogados defensores de la conspiración tardó cuatro minutos y medio en rechazar que conociera a El Chino, que hubiera viajado a Irak y que supiera quién era el minero Suárez Trashorras, salvo por
los periódicos. Su compañero hizo lo mismo, pero tardó algo menos: sólo cuatro minutos. En poco menos de nueve minutos, otro agujero quedaba desmontado.