Renautl Clio TCe 90 CV
Los tricilíndricos de gasolina están de moda entre los utilitarios. Con poco gasto, nuestro protagonista también brilla en carretera.

Aunque su relevo está cerca (el nuevo Clio llegará este verano), la versión actual continúa siendo tan apetecible como siempre: un urbano ahorrador, seguro y muy capaz para viajes por carretera. Su única carrocería de cinco puertas es bien conocida, con un diseño muy agradable en el que los tiradores de las puertas traseras están disimulados en los montantes, para darle un aspecto más deportivo, y un aspecto visual cercano al del Megane.
 
El interior, revestido con abundantes plásticos blandos, es limpio y ordenado. Todos los mandos y controles están en una posición lógica y parece estar fabricado con materiales de calidad. La consola central, con su gran pantalla de siete pulgadas, agrupa las funciones del navegador, sonido e información del viaje y, opcionalmente, puede equipar cámara de visión trasera (250 €), navegador TomTom con info de tráfico y cartografía de Europa (120 €), sistema multimedia R-Link con sonido Bose (1.000 €)…
Además hay una gran variedad de colores y opciones de personalización tanto por dentro como por fuera. El cuadro de instrumentos es de fácil lectura, con un velocímetro digital central de grandes caracteres, pero sin termómetro de agua, sustituido por un simple testigo luminoso.
 
Los ocupantes de las plazas delanteras tienen buenos asientos de mullido firme, realmente cómodos en viajes largos, con ajustes verticales y horizontales del volante y asiento. Detrás, dos pasajeros se acomodan con facilidad, gracias a las cuatro puertas y suficiente anchura de la carrocería, pero la plaza central solo la aconsejamos para  cortos trayectos. Es criticable que sólo haya una luz interior, situada entre los parasoles de la parte delantera, dejando a oscuras las plazas traseras. Tampoco el espejo de cortesía del parasol del acompañante tiene luz.
El maletero es realmente grande, pues tiene 300 litros de capacidad, además de una rueda de repuesto de tamaño normal, anclada en el exterior por debajo del coche. Hay multitud de huecos para dejar objetos, la guantera es grande, de siete litros, y las bolsas de las puertas están diseñadas para alojar botellas.
 
El propulsor de gasolina, de sólo 900 centímetros cúbicos y bloque de tres cilindros con turbo e intercooler, es suave, poco rumoroso y está provisto de un sistema de parada y arranque automático Start/Stop para reducir un consumo ya de por sí bastante económico. En recuperaciones desde marchas largas no es un ‘tiro’. Sólo si las revoluciones están por encima de las 2.500 vueltas, cuando el turbo sopla con ganas, es capaz de aumentar la velocidad claramente. Las aceleraciones puras son otra cosa: podemos subir hasta las 5.000 vueltas antes de cambiar a la marcha siguiente, con un agradable sonido, parecido al de un motor ‘gordo’. Claro está que, bajo este trato, con un uso continuo del turbo, el consumo sube apreciablemente; en todo caso se trata de consumos bajos pues a lo largo de la prueba la media ha sido de sólo 5,7 litros cada cien kilómetros, y eso que hemos subido y bajado puertos, circulado rápido por autovía y a un ritmo moderado en ciudad (allí no es difícil ver consumos inferiores a 5,1 l/100km).
 
Para rebajar el gasto de combustible, está provisto de una función “ECO”, conectable mediante un botón en la consola central. Según Renault, con ella se consiguen unos ahorros de consumo cercanos al 10 por ciento gracias a la reducción de potencia del motor y a la intensidad del aire acondicionado. Durante nuestra prueba, lo hemos usado únicamente en recorridos urbanos y por autovía a ritmo moderado, desconectándolo en carretera convencional o cuando buscábamos un ritmo más alegre. 
 
En carretera, se nota su ágil comportamiento en las curvas cerradas y de amplio radio, debido principalmente a la ligereza de su pequeño motor tricilíndrico, mucho más liviano que un diesel de potencia equivalente. En su construcción se utilizan aceros especiales, barras de torsión huecas y llantas de aleación, entre otras medidas de ahorro de peso que pueden ser responsables del ruido de rodadura que se aprecia en el interior a alta velocidad. Frena muy bien, sin síntomas de fatiga, a pesar de contar con frenos traseros de tambor en lugar de los discos. La suave dirección, con solo 2,7 vueltas de volante entre topes, responde con rapidez a las solicitudes del volante. La suspensión es firme, sin resultar seca, y da la sensación de estar diseñada para soportar motores de mucha mayor potencia. Por su parte, la caja de cambios es manual de cinco marchas con una palanca de tacto suave, aunque de recorridos amplios.
 
Un aspecto cuidado por Renault es el de la economía y facilidad de mantenimiento, utilizando cadena de de distribución, garantizada de por vida, en lugar de la correa, y aumentando la periodicidad de las revisiones. También está orgulloso de sus cinco estrellas EuroNcap de seguridad, gracias a los sistemas de protección infantil y de peatones, así como los airbag, controles de tracción, estabilidad y ayuda al frenado de emergencia.
 
El precio de esta unidad, con el acabado medio ZEN es de 15.201 €.
 
FICHA TÉCNICA
Renault Clio TCe 90 CV Zen
DIMENSIONES
Longitud: 4,062 metros
Anchura: 1,731 metros
Altura: 1,448 metros
Batalla: 2,589 metros
Maletero: 300 litros

MOTOR
Combustible: gasolina
Posición: delantero transversal
Cilindrada: 898 cc
Número de cilindros: 3
Potencia: 90 CV a 5.000 rpm
Par máximo: 150 Nm a 2.500 rpm
Cambio: manual, de 5 velocidades
Tracción: delantera
PRESTACIONES

Velocidad máxima: 178 km/h
Aceleración 0 a 100 km/h: 12,1 segundos
Consumo medio: 5,0 l/100 km
Emisiones CO2: 114 g/km

Precio: 15.201 €
 
J. Miguel Quintana www.vidapremium.com

Fuente: Vida Premium
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