Audi RS 4 Avant
La actual generación utiliza un motor 2.9 TFSI de 450 CV y 600 Nm que resulta divertido y fácil de conducir con la tracción quattro.

Tan potente como un Porsche 911 Carrera 4 GTS, pero con cinco plazas reales y un maletero de 505 litros de capacidad hasta la bandeja, sensaciones de aceleración increíbles y un delicioso sonido que emana por el escape cuando pisamos a fondo el acelerador para exprimir el polivalente motor V6 que resulta una delicia por la suavidad de funcionamiento. Y la diferencia de precio es considerable: desde 96.600 euros el familiar deportivo de Audi, al que se le pueden añadir numerosos elementos opcionales, y desde 152.343 el coupé de Porsche, también con tracción total y cambio automático PDK.
 
No se trata de una comparativa, aquí vamos a hablar únicamente del Audi RS 4 Avant del que hemos podido disfrutar durante unos días. Es un razonamiento para alguien que tenga presupuesto suficiente y busque un coche potente, amplio y cómodo para el día a día porque en casa no estaría bien visto ir con un deportivo para llevar a los niños al colegio. El coche con el que muchos papás sueñan porque combina una buena dosis de deportividad con un formato más racional.
 
¿Está justificada una inversión tan elevada en un coche de 450 CV? Pues si lo pensamos fríamente, la respuesta es contundente: NO. Pero en estas decisiones puede más el impulso, la voluntad y el capricho de quien se pueda permitir pagar la abultada suma que sale cuando llegamos al final del configurador. Y, aunque resulta mucho más eficiente que las anteriores generaciones del RS 4, no es de extrañar que nos miren mal los colectivos ecologistas y los políticos que se han propuesto acabar con la diversión al volante.
 
La cuarta generación del Audi RS 4 poco tiene que ver con el modelo original que salió al mercado hace casi dos décadas (1999) con un motor 2.7 V6 biturbo de 265 CV. Se mantiene el espíritu y, al igual que ha sucedido con la familia A4, ha evolucionado notablemente para convertirse en un atractivo vehículo familiar con ciertos rasgos que recuerdan a los modelos de competición del Audi 90 quattro IMSA GTO, como las enormes entradas de aire, la rejilla RS en forma de panal de abeja y los faros Matrix LED con detalles tintados.
 
En líneas generales, sigue manteniendo la línea elegante propia del fabricante alemán en sus berlinas y coches familiares, si bien los marcados pasos de ruedas, las pinzas de freno en rojo, los elementos aerodinámicos adicionales y las dobles salidas de escape delatan las intenciones de un modelo pensado para gente que acostumbra a viajar a ritmos rápidos y no desea llamar excesivamente la atención.
 
En relación con el A4 Avant se han incrementado los pasos de rueda en 30 milímetros y se ha añadido un difusor trasero específico, salidas de escape ovales y un spoiler RS en el borde del techo para dar el toque deportivo definitivo. De serie viene con unas llantas de 19”, pero nuestra unidad calzaba unas espectaculares llantas de 20” de diámetro con neumáticos de perfil 35 que hacen sentir de forma más detallada el tacto con el asfalto, algo delicadas con los bordillos y uno poco incómodas si circulamos por una carretera con el firme muy roto y el modo Sport conectado.
 
Los 450 CV y los 600 Nm que desarrolla el motor biturbo 2.9 TFSI son los culpables del gran salto en la calidad de conducción que experimenta esta nueva generación, añadiendo 170 Nm de par, disponible en un amplio rango de utilización (entre 1.900 y 5.000 rpm), de manera que puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y llegar hasta los 280 km/h de velocidad máxima si monta el paquete opcional RS dynamic. Pesa 1.790 kilos en orden de marcha (80 menos que el modelo anterior), y ha logrado rebajar el consumo medio homologado hasta los 8,8 litros, un dato muy interesante al montar un sistema Start&Stop que detiene el motor en los semáforos y retenciones.
 
Es fácil de conducir, incluso sin una gran experiencia al volante, porque la potencia se entrega bien dosificada y el sistema de tracción quattro resulta muy efectivo para contener a la caballería al enlazar giros rápidos. La electrónica juega un gran papel y la potencia de los frenos también contribuye a un magnífico comportamiento, con un chasis que se puede regular al gusto del consumidor eligiendo entre los distintos programas, desde uno más confortable a otro más radical para circuito, donde se desconectan todas las ayudas en busca de sensaciones más puras. La suspensión deportiva de serie rebaja la altura de la carrocería otros siete milímetros adicionales al Audi A4, situando el puesto de conducción en una posición bastante baja, aunque no resulta incómoda para acceder al habitáculo.
 
Todo en el interior está pensado para ofrecer un espacio cómodo en el que se hace algo más de incidencia en la deportividad que en otras versiones. El color negro es el protagonista y cuenta con un volante específico con un grosor mayor y la parte inferior plana, asientos deportivos con reposacabezas integrados y detalles cromados en la palanca del cambio, así como pedales de aluminio con material antideslizante. Los asientos recogen muy bien el cuerpo y tienen tantas posibilidades de reglaje eléctrico que es fácil encontrar rápido una postura cómoda al volante. Además, la visibilidad es muy buena y tiene un maletero con una capacidad más que suficiente (505 litros hasta la línea de la bandeja y 1.510 litros abatiendo la segunda fila) para realizar largos desplazamientos en vacaciones.
 
El conductor puede configurar el virtual cockpit con pantalla de 12” en función de sus gustos, y cuenta con datos adicionales como la potencia y el par instantáneos, fuerza G o presión de los neumáticos. Y para no apartar la vista de lo que sucede en la carretera, lleva el head-up display a color, donde se muestra la información de los límites de velocidad en cada tramo de la vía, velocidad instantánea y las indicaciones del navegador sobre la ruta a seguir.
 
Probar a fondo un automóvil como este en carreteras con tráfico abierto resulta complicado y bastante arriesgado, sobre todo para la cuenta de puntos. Corre mucho y no da la sensación de ir tan rápido hasta que no te fijas en el velocímetro. Y además, lo hace tan fácil que los demás coches parece que van parados por la carretera. Basta un leve toque en el acelerador para iniciar un adelantamiento con total seguridad, y cuando llegan las curvas gira tan plano y con tanto aplomo que el ritmo se vuelve endiablado.
 
Como dato anecdótico hablaremos del consumo, cercano a los 10 litros practicando una conducción normal, y mucho más elevado si pisamos más el acelerador. La única pega que encontramos a este coche es en los atascos y el tráfico urbano, que no están hechos para digerir el nivel de potencia de este brillante motor. Es una experiencia totalmente recomendable, y si es para disfrutarlo durante mucho tiempo, mejor.
 
Ficha técnica
Audi RS 4 Avant
Dimensiones
Longitud: 4.781 milímetros
Anchura: 1.866 milímetros
Altura: 1.404 milímetros
Batalla: 1.826 milímetros
Peso: 1.790 kg
Maletero: 505 litros
Depósito combustible: 58 litros
 
Motor
Tipo: gasolina, inyección directa, turbo e intercooler
Cilindros: 6, en V
Cilindrada: 2.894 cc
Potencia: 450 CV a 5.700-6.700 rpm
Par máximo: 600 Nm a 1.900-5.000 rpm
Tracción: total quattro
Cambio: automático 8 velocidades
 
Prestaciones
Velocidad máxima: 250 km/h
Aceleración 0 a 100 km/h: 4,1 segundos
Consumo medio: 8,8 litros
Emisiones CO2: 200 gr/km
 
Precio: 96.900 euros
 
José A. Prados – www.vidapremium.com



Fuente: Vida Premium
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