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Una apacible ciudad de provincias se convierte en el escenario de un noir religioso: un preciado manuscrito del siglo XII se esfuma de la Catedral de Santiago, lo que desencadena una investigación policial que concluye un año después, cuando el 4 de julio la policía recupera una obra de valor incalculable.
Ni robo por encargo ni banda organizada: el presunto ladrón es un electricista despechado que llevó a cabo el hurto como venganza por su despido. Manuel Fernández Castiñeiras no sólo se llevó al garaje de su casa el Códice Calixtino, sino que también había acumulado durante años las limosnas del cepillo del templo compostelano.
El spin off de este thriller místico lo ha protagonizado José María Díaz, que había trabajado como archivero y acaba de presentar este mes su dimisión como deán de la catedral.
