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2017 Las mujeres toman las calles... y las redes

Defender sus derechos, denunciar las violencias y luchar por las mejoras laborales. La reivindicación se extiende más allá de los espacios de trabajo para hacer oír su voz a toda la opinión pública.

Dia Internacional De la Mujer La lucha por defender los derechos laborales

Marisa Kohan REVSIN

Periodista

El año 2017 ha sido considerado por muchos como el Año Feminista, en gran medida por la ocupación del espacio público por parte de un amplio espectro de mujeres que unieron sus fuerzas para reivindicar sus derechos y denunciar las violencias.

Si el caso de Juana Rivas puso en evidencia las deficiencias del sistema judicial para aplicar leyes de protección a las víctimas de violencia de género, en especial a los hijos de las mujeres maltratadas, el juicio a La Manada por la violación en grupo de una joven de 18 años en los Sanfermines de 2016, supuso un punto de inflexión en cómo la sociedad miraba las violencias sexuales que sufren las mujeres.

La decisión de la Audiencia Provincial de Pamplona de aceptar como pruebas en el juicio un informe elaborado por un detective privado de los acusados, y de rechazar los mensajes que estos hombres compartieron en su grupo de Whatsapp antes y después de los hechos, provocó la indignación de gran parte de la sociedad. A la víctima se la ponía en tela de juicio, mientras que los acusados eran descritos como "buenos hijos".

Como reacción, la calles de Pamplona, Madrid, Sevilla o Barcelona, entre otras, se llenaron de personas, principalmente mujeres jóvenes, que reclamaban justicia al grito de "hermana, yo sí te creo", "tranquila hermana, aquí está tu manada" o "no es no, lo otro es violación".

Para entonces, #Metoo, el hashtag bajo el que se comenzó a denunciar los abusos sexuales de Weinstein, ya había dado la vuelta al mundo varias veces. Mujeres de todas las edades y condiciones fueron denunciando en cascada: actrices famosas, trabajadoras del Parlamento Europeo, diputadas británicas, periodistas, personas anónimas, denunciaban los abusos sexuales que habían sufrido.

Pero 2017 fue también el año en el que las luchas laborales de las mujeres salieron del ostracismo. El derecho a un trabajo digno, a sueldos decentes y a jornadas de trabajo razonables, se abrió camino en un entorno laboral marcado por la precariedad y el abuso. Una precariedad cimentada en las sucesivas reformas laborales promovidas por los principales partidos políticos y que ha golpeado de manera muy especial a las mujeres.

A golpe de tuit y de protestas callejeras, las trabajadoras lograron que la gente corriente supiera quiénes son las Kellys y las Espartanas de la Coca-Cola o que conocieran la lucha de las trabajadoras de Inditex. Sus mensajes y su protesta han circulado por Twitter y Facebook, colándose en los grupos de Whatsapp de las familias y de las madres de alumnos. Y los grandes canales de televisión se han visto obligados a hacerse eco por fin de unas protestas que en algunos casos llevaban produciéndose varios años en la más lamentable soledad.

El movimiento de las Kellys (un juego de palabras par referirse a 'las que limpian' las habitaciones de hotel), nació cuando varias camareras de piso empezaron a compartir sus quejas en un grupo de Facebook. Sueldos de apenas 2 euros por habitación limpiada, enfermedades laborales no reconocidas, y abusos laborales por parte de sus superiores, son la otra cara de la moneda del boyante negocio hotelero en nuestro país. Las redes les permitieron unir fuerzas y aunar voces procedentes de todo el territorio nacional, para finalmente organizarse para denunciar y defender sus derechos o poner en marcha campañas virales que les permitieron hacer oír su voz. Solo el tuit de "Estamos limpiando la habitación de Manuel Bartual por 1,5 €" tuvo cerca de 8.000 retuits.

Lograr que su lucha traspasase las fronteras de Fuenlabrada tampoco ha sido fácil para las Espartanas que plantan cara nada menos que a la multinacional Coca-Cola. Su campaña contra la hipocresía de las fiestas navideñas ponía el foco en las terribles noticias sobre la crisis que a menudo quedan fuera de los informativos de gran audiencia en televisión. Llevan tres años luchando para que se cumplan las sentencias judiciales que obliga a la multinacional a readmitir a los trabajadores despedidos en 2014 con las mismas condiciones de trabajo que tenían entonces. Pero por ahora solo han logrado que les vuelvan a pagar el salario (sin pluses) y entrar en unas instalaciones en las que no reciben carga de trabajo.

Decididas a seguir peleando, las Espartanas son uno de los colectivos que más ha trabajado y de manera más intensa en todos los eventos y actividades que rodean a la gran huelga feminista del 8 de marzo.