Feminismo y políticas públicas

“Hay que traspasar más poder al ámbito local en materia de igualdad y de políticas públicas”

Marisa Kohan

Mujer, gitana, joven. Tres condiciones que, según asegura, sirven para construir una forma específica de discriminación. “Las discriminaciones no se suman”, afirma, sino que se crean categorías únicas y que las convierten en discriminaciones (opresiones) nuevas. Considera que al movimiento feminista le falta pluralidad, sobre todo cuando se sube en la escala para influir en la toma de decisiones y defiende que son los ayuntamientos y los órganos locales donde debe residir la toma de decisión en materia de igualdad y en la construcción de las políticas públicas. Caro Maya es psicóloga y activista por los derechos de las mujeres. Forma parte del Europe and Central Asia Advisory Group de la ONU y ha organizado el I Encuentro de Feministas Europeas Romnja en el Parlamento Europeo en 2016.

¿Crees que hemos avanzado en los últimos años y que vivimos en una sociedad más igualitaria?

Creo que hay algunos sectores dentro de las mujeres que han avanzado en ganar una mayor visibilidad, en incluir sus demandas en las políticas públicas… Pero esto no ha influido en la mejora de la situación de todas las mujeres. Las que más han mejorado son las de una determinada clase social, las mujeres blancas o payas, pero necesitamos que esto se amplifique a todas las mujeres. El acceso y el goce de los derechos humanos por parte de un sector de las mujeres de la sociedad, no implica que todas las mujeres están accediendo a los mismos derechos. Por eso es importante aplicar una perspectiva interseccional que nos haga reflexionar cómo las medidas o las políticas públicas que queremos implementar, afectan a las mujeres que enfrentan múltiples discriminaciones.

¿Qué es la inteseccionalidad?

Existe una discriminación histórica en base al sexo. Pero no solamente el sexo es una categoría de opresión de las personas, sino que hay otras categorías como puede ser el lugar en donde vives (no es lo mismo vivir en el ámbito rural que en el urbano), tener una diversidad funcional, la diversidad cultural o la diversidad generacional. Cada una de por sí tiene una serie de discriminaciones u opresiones. Pero las discriminaciones no se suman de manera individual la una a la otra, sino que la existencia de diferentes categorías de opresión hace que emerja una nueva categoría muy específica. Por ejemplo, una mujer gitana joven no es discriminada de manera separada por ser mujer, por ser joven y por ser gitana. Sino que por ser una mujer joven y gitana recibe una discriminación específica muy concreta que necesita ser revertida desde las políticas públicas. Si eres una gitana pobre, coja, joven y lesbiana tienes el kit completo.

¿Cuáles son los retos que tienen por delante la política y los movimientos sociales?

Creo que los movimientos sociales tienen por delante dos retos principales. Por un lado no perder el contacto con las comunidades, con la base. Porque a veces cuando te convierte en una organización muy grande puedes perder el contacto con la realidad que pretendes hacer visible porque estás más presente en otros espacios. Por otro, cambiar esa cultura de participación política que tienen muchas organizaciones sociales y que las hace ser clientes de los partidos políticos. Las organizaciones sociales están para denunciar las vulneraciones de derechos. La responsabilidad de garantizar los derechos depende del Estado. La obligación de los partidos políticos es mantener una interlocución con la sociedad civil y trasladarla a los órganos del Estado. Para eso está la sociedad civil, para hacer llegar la los gobierno y a los partidos políticos cuales son las necesidades fundamentales que se viven en los barrios, en las comunidades, en los pueblos. Otra responsabilidad de los partidos políticos es construir canales de participación que aseguren que esa participación sea plural y que refleje la diversidad de la ciudadanía.

¿Esto significaría que las políticas tienen que hacerse desde otros ámbitos, desde los ámbitos más locales o simplemente construir una estructura diferente?

Hay que traspasar más poder al ámbito local en materia de igualdad y de políticas públicas. El énfasis debería estar en el ámbito local, por una cuestión muy sencilla, que es que los Ayuntamientos son los que tienen más conocimientos, más datos sobre las características demográficas, sociales, económicas y van a ser muchísimo más eficaces para hacer políticas que se adapten a la realidad del contexto en el que están.

Donde se manifiestan de una manera más profunda los estereotipos sexistas con perspectiva interseccional es en los ámbitos locales y rurales. Ahí es precisamente donde hay que invertir más financiación, más esfuerzos y a los que hay que dotar de más autonomía.

¿Los partidos no reflejan las necesidades de la sociedad?

Creo que la cultura política que hay desde la transición hasta ahora utiliza a las organizaciones sociales de una forma clientelar, que legitiman sus posturas (culturales, políticas, ideológicas…). La sociedad civil, la que tiene los conocimientos para poder hacer una interlocución con el poder político, tienen un nivel económico determinado, que depende de los gobiernos y de los Estados, por los tanto se genera esa relación clientelar.

“El movimiento feminista que tenemos en España es mayoritariamente blanco y sin diversidad funcional”

Es cierto que a partir de las últimas elecciones al diversificarse el arco político, se han empezado a diversificar esa cultura política y esa forma de relacionarse con la sociedad civil. Pero es algo que aún es muy incipiente y hace falta seguir. El movimiento feminista que tenemos en España (el visible, el que tiene capacidad de tener una interlocución con el Estado, con el Gobierno) es un movimiento feminista es mayoritariamente blanco, no suele presentar ninguna diversidad funcional a nivel visible, es mayores de 60 años… Eso se traduce en que las demandas de la sociedad civil que son tenidas en cuenta son las que estas mujeres detectan en su ámbito, su contexto y en su situación histórica, económica y social. Pero estas no son todas las mujeres Hay muchísimas mujeres que están fuera de todo eso que no tienen las mismas herramientas, los mismos conocimientos ni las mismas posibilidades de tener una interlocución con los partidos políticos, por lo que esas demandas se quedan descubiertas y esto tiene repercusión en la construcción de las políticas públicas.

¿Cómo habrá que cambiar esa cultura política para que fuera más inclusiva y que representara más a la sociedad?

Creo que hay que pluralizar la sociedad civil. Es necesario tener en cuenta a otras formas de organización que vayan más allá de las ONG. Habría que incluir a redes, organizaciones de vecinos… En definitiva, diversificar el número y el tipo de organizaciones que están participando. Que haya una diversidad generacional. Las organizaciones feministas de mujeres jóvenes son prácticamente inexistentes. Y sin embargo ellas están en contacto con vulneraciones de derechos que las mujeres más mayores sufren ni conocen. No quiere decir que unas tengan más y otras menos, sino que cada una está en contacto con unas formas de discriminación y de violencias que son diferentes.

“Habría que hacer una reforma profunda de la ley contra la violencia de género para incluir otros que las relaciones de pareja”

Si tuvieras que cambiar una ley o una norma que puede hacer un cambio importante ¿Cuál sería?

Yo haría dos cosas. Por un lado obligaría que se cumplieran leyes que ya existen, por ejemplo a de Igualdad. Si esa ley se cumpliera seríamos uno de los países más avanzados de Europa. Y por otro realizar una reforma profunda a la ley contra la violencia, para abrir el concepto de violencia de género a uno más amplio que el circunscrito al ámbito de la pareja o expareja.