Los cuerpos de la pequeña Anna y de su padre y asesino se seguirán buscando en alta mar hasta el miércoles

  • Agencia Atlas - 13/06/2021 15:50
Mató a Anna y Olivia, sus hijas de 1 y 6 años en su casa, de forma planificada y premeditada, con el objetivo de causarle a su expareja un dolor inhumano, a la que de forma deliberada buscó dejar en la incertidumbre sobre el paradero de las pequeñas. Así lo considera la jueza instructora en su resolución del caso que pasa ahora al juzgado de Violencia sobre la Mujer de Tenerife como crimen machista. Según la magistrada, Tomás Gimeno acabó con la vida de Anna y Olivia la tarde noche del 27 de abril. Envolvió sus cuerpos en toallas, los introdujo después en bolsas de basura que metió en petates deportivos que transportó en su maletero. En su trayecto en coche paró en casa de sus padres para dejar a su perro. Una vez en puerto, las cámaras registran cómo se las lleva en esas bolsas a su embarcación deportiva, que dirige a más de tres millas náuticas para lanzarlas al fondo del mar, envueltas en una funda nórdica y encadenadas a un ancla. En un lugar profundo y alejado de la costa donde el parricida, según la jueza, podía pensar que nunca serían encontradas. Cerca de donde se localiza el cuerpo de Olivia 43 días después se registran sus dos últimas llamadas a la madre, a la que advierte que se iría con las niñas y que nunca las volvería a ver. Después, se arrojaba él, lastrado con un cinturón de buceo. Su cuerpo, como el de su hija Anna, se seguirá buscando hasta al menos el miércoles con el buque Ángeles Alvariño, en puerto desde este sábado por una avería tras 13 días de rastreo. Mientras se espera completar con los resultados biológicos y toxicológicos la autopsia de Olivia, que presenta en el informe preliminar un edema pulmonar por asfixia o ahogamiento.