La exhibición del emérito en Galicia encona el debate sobre la monarquía

  • Agencia Atlas - 21/05/2022 18:00
El paso de los días no aplaca el revuelo levantado por el regreso del rey emérito a España. La discusión sobre si debe o no dar explicaciones por su comportamiento pasado se ha recrudecido a su paso por Galicia. Al tiempo, se han encrespado las voces de quienes entienden que la figura de Juan Carlos I cuestiona en conjunto el sentido de la Corona. Un ministro ha usado, incluso, la palabra "ladrón" para referisrse a él. En el ecuador de la breve visita del emérito a España, el debate ahí sigue. "¿Le incomoda que haya vuelto?", le preguntaban al ministrro de Cultura Miquel Iceta. "A mi personalmente no", respondía de primeras, añadiendo a continuación: "Lo que me incomoda es que no nos den las explicaciones que la ciudadanía merece". Nada que ver en su contestaciçon a la tesis defendida por el presidente del PP de Castilla-La Mancha. "Yo creo que no tiene causa abierta y tiene que estar en casa porque no hay nada que lo impida", ha dicho. Las palabras de ambos demuestran que el paso por Galicia de Juan Carlos I no está resultando cómodo para nadie. Al Gobierno y los socialistas, la imagen del rey emérito de regatas les obliga a mostrar su reticencia a la visita, sin alentar (demasiado) a sus socios ni aliados de la izquierda antimonárquica. Que, por otra parte, no necesitan de aliciente alguno para mostrar su perfil más afilado. El ministro Alberto Garzón, de Izquierda Unida, ha dicho que al hablar de Juan Carlos I se está hablando de un "ladrón", y que eso hay que "tenerlo presente". Hay "dos reyes que no rinden cuentas", han añadido desde Podemos, extendiendo la 'mancha' a Felipe VI. A la derecha, por su parte, los devaneos del anterior monarca por Galicia le ponen en el brete de hacer pelillos a la mar -valga en este caso la expresión- con todo lo que se sabe del pasado del emérito. Que por cierto les ha hurtado el foco de su propia coronación, la de Isabel Díaz Ayuso. Tomaba posesión como líder del PP en Madrid y ha pasado de puntillas por el asunto. La única mención, casual y significativamente, ha sido para meter a la Corona en el mismo saco de los perseguidos por la izquierda en el que siempre denuncia que está su Gobierno. Como si el rey y ella estuvieran unidos en ese mismo infortunio.