El jardín de la alegría

  • Agencia Atlas - 16/05/2022 17:00
Abi se desliza con alegría sobre las ruedas del trípode que sostiene los aparatos que miden sus constantes. Tiene 7 años y desde hace 3 le diagnosticaron neuroblastoma, un tipo de cáncer muy presente entre niños y niñas. Pero su enfermedad puede mucho menos que sus ganas de disfrutar.  Con Abi hay más niños y niñas y padres y madres que hallan en este lugar un espacio con poderes mágicos.  "Te olvidas de por qué estás aquí, y por lo que estás pasando, y eso está muy bien", nos cuenta Estela, adolescente. "Cuando estás en las habitaciones te estás aburriendo, ya no sabes cómo ponerte", añade Izán, de edad similar, mientras echa una partida de pingpong Hoy con invitados de todo tipo para celebrar la reapertura después de dos años cerrado por culpa de la pandemia. El "Jardín de mi Hospi" fue creado por la Fundación Juegaterapia. "Nosotros es un poquito la parte del estado de ánimo", explica su vicepresidenta, Valle Sallés "Queríamos crear un espacio donde los niños y sus familias pudieran tomar el aire, pasear, desconectar de su enfermedad, relacionarse, en realidad" Javier Cobas, subdirector gerente del hospital, va aún más allás en los efectos terapeúticos de un espacio de este tipo:  "Les hace olvidarse incluso del dolor. Para ellos es un alivio, y además nos ayuda después a una mejor comunicación con ellos" Para su reapertura, el Jardín ha contado con la colaboración de un artista de talla internacional, Antonyo Marest, encargado de pintar los murales que dan colorido al lugar.

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