Público

Ángel María Villar, el todopoderoso hombre del fútbol, enfrentado ahora a un auto judicial que describe una gestión plagada de sospechas. El juez le acusa de comprar voluntades (de los presidentes de las territoriales) para mantenerse en el cargo; de inflar los salarios de los directivos de la federación "por amistad o conveniencia"; de lucrarse con operaciones societarias y reventa de entradas; de desvío y uso de dinero fuera de control. Por ejemplo, esos más de 5 millones para "lo que se te ponga en los huevos" de los que se habla en uno de los pinchazos. Todo un catálogo de "excesos en la administración del patrimonio de la federación", dice literalmente el juez, al frente de la que ha estado la friolera de 29 años.  Y a su sombra, su hijo. Gorka, el "principe", al que el juez acusa de  utilizar las influencias de su padre y la federación para sacar provecho a través de la empresa Sports and Advises. En concreto, a través de comisiones por partidos amistosos y acuerdos con federaciones extranjeras. A Juan Padrón -el Juan "que "se ha llevado lo que no está en los escritos"".otra frase sacada de las escuchas- el juez le vincula con la compra de material deportivo a empresas de amigos y a la suya propia. Así era su presunta forma de llevárselo... De Ramon Hernandez..  (el único con permiso para eludir la cárcel con fianza) la investigación trata de ver su papel  en la reventa de entradas. Es la trastienda de la federación a ojos del juez, que lo concreta en estos delitos: administración desleal; apropiación indebida; estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares.