Vigo

Calle 'de las Ostras'

La calle Pescadería es uno de los puntos de mayor interés turístico del Vigo urbano, ya que ofrece un espectáculo único: en plena calle, las ostreras abren las míticas ostras de la ría de Vigo y preparan, sin descanso, platos y más platos de este delicioso manjar. En Vigo no sólo encontrarás planes gastronómicos tradicionales. Si aún no has agotado las horas de tu primer día en Vigo, te invitamos a sentarte en una terraza de La Alameda o de la calle Montero Ríos para despedirlo. Bajando al centro desde el Monte O Castro puedes hacer una parada en Salinae, unas antiguas salinas romanas, o pasear por Alcabre, en la zona costera, parando en el Museo do Mar de camino a las playas de Samil o Vao.

La Ría

La ría de Vigo

La ría de Vigo

La ría de Vigo es el mayor tesoro de la ciudad. Su origen, su motor, su pasado y futuro. De todas las rías gallegas, es la que está más al sur de las Rías Baixas y se adentra en la tierra para mezclarse con el agua del río, mientras las laderas del valle costero se elevan formando montañas al borde de la costa, dibujando miles de formas… La ría de Vigo está protegida por las Islas Cíes, un parque natural en medio del Atlántico y puerta de acceso a la ría de Vigo desde mar abierto. Ése es su paraíso natural: el mar de Vigo, con sus aguas calmas y riqueza marina. En la ría flotan alineadas las tradicionales bateas, en las que se cría el auténtico mejillón de la ría de Vigo, y se dibujan las siluetas de los más grandes trasatlánticos del mundo. Porque, además de bella, la ría de Vigo es la de mayor calado de Galicia, lo que la ha convertido en uno de los principales puertos de Europa y en capital de la pesca.

Monte O Castro

El monte tiene una altitud de 80 metros y es el mirador perfecto para divisar la ría. La cima del Monte O Castro es la antigua situación de los restos de la fortaleza y murallas del siglo XVII, que ahora se han convertido en un jardín con esculturas. Si partimos desde lo alto llegamos al Monumento a los Galeones de Rande. En él se reúnen tres anclas y distintos cañones recuperados de la Batalla de Vigo en la que la flota hispano-francesa y angloholandesa se enfrentaron en octubre de 1702. Continuando el camino de descenso llegamos hasta el poblado castreño asentado en la montaña. Los poblados castreños se caracterizan por sus edificaciones circulares, una muestra de cómo vivían los habitantes de hace 2.000 años. El yacimiento cuenta con horario de visitas guiadas tanto en verano como invierno. Continuando el sendero hacia el centro de la ciudad llegaremos a otras dos paradas interesantes: la Torre del Ayuntamiento y la Fortaleza de San Sebastián.

Vigo tiene un tesoro en el mar: Las Islas Cíes

Islas Cíes

Islas Cíes

Este patrimonio de Vigo esconde bellísimos rincones y una riqueza natural increíble que conforma el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas. Un paraíso de fácil acceso. Viajar hasta las Islas Cíes es fácil y cómodo. Históricamente apodadas ‘islas de los dioses’ por los romanos, las Islas Cíes son tres: al norte, Monte Agudo y O Faro, unidas por un arenal; al sur, San Martiño. Creado en 2002, el paisaje del Parque Nacional se caracteriza por los excepcionales fondos marinos, la fauna variada y su vegetación. En total son nueve rincones en los que explorar el lado salvaje de las islas, con arena fina, blanca, de aguas cristalinas. De todas ellas la más famosa es la de Rodas, que fue seleccionada por el diario británico The Guardian como la mejor del mundo. Tiene más de un kilómetro de largo y es perfecta para disfrutar en familia. Rodas es la unión entre las islas de Monte Agudo y Faro y cuenta además con servicios para visitantes, camping y vigilancia. Conecta con la playa de Bolos y ésta a su vez, con la de Nosa Señora. Para conocer la isla lo más recomendado es recorrer alguno de sus senderos naturales a pie. El parque cuenta con cuatro rutas principales: la primera, del Monte Faro es la más larga y perfecta para disfrutar de espectaculares vistas. La segunda, del Alto Príncipe, es la más corta y asciende hasta el Monte Agudo. La tercera, del Monte Agudo, destaca por atravesar la arboleda y algunos tramos irregulares. Y por último lugar, la ruta del Faro A Porta, es la menos transitada y más próxima al mar.

¿Qué comer?

Comer en Vigo te sumergirá en un mar de sabores únicos. El turismo gastronómico es uno de los fuertes que invitan a viajar a la ciudad. La cultura gastronómica gallega en Vigo se manifiesta en todas las costumbres diarias: del aperitivo a las tapas y las cañas después del trabajo, o el churrasco en familia del fin de semana. Además, hay decenas fiestas gastronómicas en Vigo dedicadas a exaltar los productos gallegos y tenemos platos que forman parte del recetario clásico español, como la empanada o el pulpo á feira. En el éxito de la cocina de Vigo confluyen varios factores: la riquísima tradición de la cocina gallega, una de las más variadas, sabrosas y reconocidas de España; la diversidad de opciones gastronómicas para comer en Vigo y el excepcional puerto de Vigo, que surte de la mejor materia prima a la lonja, mercados de abastos y restaurantes. También puedes encontrar restaurantes de éxito con elaboraciones vanguardistas y reinterpretaciones de platos tradicionales, con los máximos estándares de calidad en el producto, la elaboración y el servicio.

¿Qué hacemos?

Vista nocturna de la ciudad de Vigo

Vista nocturna de la ciudad de Vigo

Si te sobra tiempo en tu viaje a Vigo puedes reservar un hueco para conocer mejor la zona. Pontevedra es uno de los rincones más apetecibles para visitar. Es una ciudad llena de hospitalidad perfecta para recorrer a pie, conociendo sus principales monumentos y casco histórico: la Basílica de Santa María, las Ruinas de Santo Domingo o la Iglesia de San Bartolomé. Otra curiosidad es la Capilla de la Virgen Peregrina, con una planta en forma de concha. Además, Pontevedra es especialmente atractiva durante sus fiestas como la Romería Vikinga de Catoira o la A Rapa de Sabucedo. Para disfrutar el ambiente medieval de la ciudad nada mejor que visitarla el primer fin de semana de septiembre en el que se rememoran las Feiras Francas del siglo XV.