BMW X2
Algo más corto y bajo que un X1, con una silueta más deportiva y una conducción más dinámica, ya está a la venta desde 35.050 euros.

La historia de los modelos X de BMW que se fabrican en la planta de Spartanbourg (Carolina del Norte, EE UU) está siendo un éxito comercial desde que en 1995 se presentara a nivel mundial el BMW X5, el primer SUV (Sport Utilitary Vehicle). Después fueron llegando el X3, X1, X6 y X4 para completar la oferta en diferentes segmentos, y 2018 vuelve a ser un año X con la incorporación a la gama del modelo más pequeño, el X2, y el más grande, el X7, previsto para los últimos meses del año.
 
En España también hemos asistido al éxito de este tipo de vehículos, y en el caso de BMW lleva ya acumuladas 152.000 matriculaciones desde 1999, con un tercio de sus ventas dedicadas a estos modelos. Y como no parece ser una moda pasajera, se esperan importantes crecimientos en los próximos años, sobre todo con la llegada de los nuevos productos.
 
El sexto modelo de la familia X ya está a la venta desde 35.050 a 32.700 euros con cuatro mecánicas, dos de gasolina y dos diesel, en algunos casos con sistema de tracción total xDrive. Mide 4,36 metros de longitud, 1,82 metros de anchura y 1,53 metros de altura, con una batalla de 2,67 metros y un maletero con una capacidad de 470 litros. Toma como base el X1, pero es un poco más corto y más bajo para potenciar un aspecto más deportivo y un comportamiento más dinámico sobre el asfalto en el que algo tiene que ver una reducción de peso de 50 kilos y un coeficiente aerodinámico Cx de 0,28, rasgos que van en el ADN de los modelos pares de la marca alemana. Su rival más directo en el segmento Premium es el Mercedes-Benz GLA, pero no olvidemos otros como el Audi Q2 que es un poco más pequeño (4,19 metros) o el nuevo Volvo XC40 que es algo mayor (4,42 metros) y el Volkswagen T-Roc, que mide algo menos 4,23 metros.
 
El diseño, manteniendo los rasgos que lo identifican como un modelo de la familia BMW, resulta original por algunos detalles como los riñones de la parrilla central dados la vuelta, sin llegar a tocar los grupos ópticos, los generosos pasos de ruedas que pueden acoger llantas de hasta 20” y el montante trasero en el que va el logo de la marca, un guiño a modelos legendarios. En los modelos más potentes luce escapes simétricos en la zaga, con protecciones en los bajos que dan un aire diferenciador.
 
No es un coche pensado para ir por el campo, aunque tiene bastante altura libre al suelo y si lleva el sistema de tracción integral xDrive puede superar obstáculos y terrenos resbaladizos sin problemas. La gran mayoría de los conductores elegirá una motorización de gasolina con tracción delantera y cambio manual, lo más lógico para recorridos urbanos y alguna salida a carretera en familia.
 
La posición de conducción es 2 centímetros más baja que en el X1 y da la sensación que estamos conduciendo un Serie 1 que es ligeramente más alto. El tacto al volante es muy bueno gracias a una dirección muy precisa y a unas suspensiones que han sido bien calibradas para adaptarse a las necesidades de los conductores europeos, firmes y cómodas con asfalto en malas condiciones.
 
En el interior se respira un auténtico ambiente BMW, con un salpicadero en forma de ‘V’ que recuerda mucho a otros modelos de la marca. La consola central ha sido renovada y lleva los mandos bastante simplificados y agrupados en zonas –climatización y audio bajo la pantalla táctil flotante de 8”- y se pueden manejar todas las funciones desde el botón circular iDrive, que contiene varias teclas de acceso directo. Todo muy sencillo e intuitivo para que el conductor pueda utilizar el teléfono manos libres o algunas aplicaciones sin tener que apartar la vista de la carretera, ya que los comandos de voz funcionan bastante bien. Los materiales son de gran calidad, con plásticos acolchados en la parte superior del salpicadero y muchas posibilidades de personalización en tapicerías, paneles de puertas y salpicadero, además de un extenso catálogo de llantas y elementos opcionales con los que se consigue un coche a medida.
 
Hay cuatro motores disponibles de 140 a 192 CV, dos de gasolina (18i tricilíndrico de 140 CV y 20i de cuatro cilindros con 192 CV) con tracción delantera sDrive y dos diesel (18d con 150 CV y 20d con 190 CV), el primero con posibilidad de elegir entre tracción delantera o total, y el segundo sólo xDrive y cambio automático de 8 velocidades.
 
Durante la presentación hemos tenido ocasión de conducir el modelo ‘tope de gama’, el 20d xDrive en un recorrido de cerca de 200 kilómetros por carreteras muy variadas. Si no hay problemas de presupuesto a la hora de la compra, es la versión más recomendable para quienes buscan una conducción divertida sin que se vea penalizada por un consumo de combustible alto. Los 4,6 litros homologados en el fabricante no son fáciles de alcanzar, más bien se acercarán a los 6 litros en una conducción normal, que no está nada mal por las características del coche. En nuestra prueba la cifra ha sido de 6,6 litros, circulando por puertos de montaña con bastante tráfico, autovía y autopista a un ritmo alegre.
 
Las sensaciones son muy positivas tras la toma de contacto. El conductor tiene una buena posición al volante y la dirección resulta muy agradable por el tacto y la progresividad, ayudando bastante a lograr la trayectoria deseada. El motor empuja con fuerza gracias a un par de 400 Nm entre 1750 y 2500 rpm, ayudado por un cambio automático de ocho velocidades que también puede manejarse con las levas que hay detrás del volante si el conductor desea tomar los mandos en determinadas situaciones. En frío es tan ruidoso como otros motores diesel, pero cuando coge temperatura va suave como la seda. Además, nuestra unidad llevaba el sistema de selección de modos de conducción –ECO Pro, Comfort, Sport y Sport+- que cambia la configuración del coche para adaptarse al estado de ánimo del conductor y el estado de la carretera. El modo ECO Pro resulta muy indicado en viajes si deseamos ahorrar combustible, pues va dando indicaciones para gastar lo mínimo y puede rodar en modo ‘inercia’ en muchas ocasiones. Por prestaciones -221 km/h de velocidad máxima y aceleración de 0 a 100 en 7,7 segundos- es un coche ideal para hacer largos viajes sin notar el cansancio.
 
El equipamiento de serie ya es muy completo en todos los modelos, incluyendo llantas de aleación de 17”, volante deportivo multifunción, sensor de lluvia, climatizador bizona, iluminación diurna LED, luces traseras LED y sistemas de seguridad como Active Guard que evita colisiones frontales o la llamada de emergencia en caso de accidente, además de 3 años de garantía.
 
Para hacer más cómoda la configuración de los elementos opcionales se han establecido dos acabados –Advantage por 1.850 euros y M Sport X por 6.250 euros- con los que se puede buscar un aspecto más elegante o deportivo. Respecto al BMW X1, el nuevo modelo de la familia X tiene un sobreprecio de 1.500 euros y ya está disponible en la red de concesionarios con cuatro mecánicas a las que más adelante se unirán otras de acceso a la gama (sDrive 16i y sDrive 16d). El modelo más barato es el sDrive 18d, que por emisiones de CO2 paga menos impuestos que el modelo más básico de gasolina, el sDrive 18i. Estos son los precios de venta recomendados en el lanzamiento:
X2 sDrive 18i: 35.050 euros
X2 sDrive 20i: 40.650 euros
X2 sDrive 18d: 35.050 euros
X2 xDrive 18d: 38.650 euros
X2 xDrive 20d: 42.700 euros
 
José A. Prados (Segovia) – www.vidapremium.com



Fuente: Vida Premium
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