Gijón, Asturias con sal

1. La ruta más dulce

Quince confiterías y heladerías de la ciudad forman parte de Gijón Goloso que permite degustar las especialidades más dulces. Para los súper llambiones (golosos, en asturiano) el más recomendable es el Gijón Goloso extra, con el que podrás problarlas todas.

2. Relax total en el Cantábrico

Hay que olvidarse de las prisas y relajarse durante dos horas y media, solo o en compañía, en Talasoponiente www.talasoponiente.com, más que un spa o un balneario. Imprescindible la piscina marina activa exterior, donde disfrutar de inmejorables vistas al mar.

3. De compras gastronómicas

En el Mercado Sur o en alguna de las tiendas especialidades se pueden encontrar productos asturianos con los que sorprender a los amigos a la vuelta de vacaciones. Además, resultan un souvenir estupendo para regalar a la familia.

4. La fiesta de la Sidra Natural

A finales del mes de agosto, la playa de Poniente, los jardines de la Reina, la plaza del Marqués y la Plaza Mayor se convierten en escenario de esta fiesta en la que habrá concurso de escanciadores, bailes tradicionales, mercadillo de la sidra y la manzana… todo un culto al producto asturiano por excelencia.

5. Por el carril-bici

¿No lo has traído? Con la tarjeta Gijón Card hay dos horas gratis en las bicis munipales y un 50% de descuento en el alquiler. La ciudad cuenta con más de 21 kilómetros de carril-bici.

6. Paseo a la orilla del mar

Caminar por el paseo del Muro que recorre la playa urbana de San Lorenzo, de arena fina, oleaje moderado y dotada de todos los servicios, es uno de los pasatiempos imprescindibles al amanecer o al ponerse el sol. Su kilómetro y medio de longitud enmarca una de las fachadas marítimas más conocidas de Asturias.

7. Alta gastronomía

Date un homenaje en cualquiera de los establecimientos que participan en Gijón Gourmet. Son los más reconocidos de la ciudad y están al alcance de todos, sin sorpresas en el precio final.

8. Desde las alturas

La Laboral http://www.laboralciudaddelacultura.com/es más que un centro cultural, es adalid de la modernidad y toda una referencia de la cultura en Gijón y en Asturias. Además de asistir a alguna de las actividades que ofrece para los meses estivales y de tomar algo en su terraza de verano situada en el patio Dórico, hay que subir a su torre, un perfecto mirador sobre la ciudad. Desde sus 130 metros de altura se contempla la playa de San Lorenzo, el campo de fútbol del Molinón, el Jardín Botánico y el verde imperante de la ciudad.

9. En un tren de vapor

Por qué se creó el ferrocarril, que significó para el desarrollo de las ciudades…, son algunas de las preguntas a las que responde este museo. La exposición muestra más de 300 piezas y en las Jornadas del Vapor uno puedo darse un paseo en una locomotora rehabilitada por las propias instalaciones del museo.

10. Una ración de oricios y un culín de sidra

Aunque no hay reglamentación al respecto, para un buen gijonés ir a comer oricios es casi un mandamiento. No hay que dejarse asustar por el aspecto del oriciu, porque lo bueno está dentro.