Javier Peláez - La Aldea Irreductible - Amazings.es

Una de las frases que más recuerdo de Cosmos comparaba el Universo con el océano. Decía el maestro Sagan que aún quedaba tanto por descubrir que nuestro afán de conocimiento apenas nos había llevado a mojarnos los tobillos en la playa.

Carl Sagan y su mítica serie Cosmos fue un impulso para muchos aficionados a la ciencia. Su manera pausada y melódica de contar las cosas, su asombro ante lo que nos rodea, su respeto por la vida en unos tiempos complicados salpicados de guerra fría, su optimismo y su valentía nos contagiaron a todos.

Lo que Sagan nos dejó como legado es impresionante y sobre todo nos situó en el Universo, nos dio pistas hacia donde encaminar nuestros pasos en el futuro y nos colocó en el humilde lugar que nos corresponde... un pequeño punto azul pálido perdido en una inmensidad apasionante.

Jose A. Pérez - Mi mesa cojea

Una luz en la oscuridad, así consideraba Carl Sagan la ciencia. El inmenso divulgador neoyorquino siempre se mostró convencido de que el conocimiento científico y el escepticismo eran herramientas fundamentales para comprender nuestro mundo y para prever nuestro futuro. Cosmos, su obra maestra, sigue siendo el trabajo de divulgación científica más popular de la Historia. Y sigue siendo igual de entretenido.

Luis Alfonso Gámez - Magonia

Cosmos' es la serie de divulgación que mejor ha transmitido al gran público el sentido de la maravilla. Es una delicia cuya visión, treinta años después de su estreno, tiene todavía un enorme poder evocador.

Carl Sagan contagia al espectador su pasión por la ciencia, y por el conocimiento en general, como nadie lo ha hecho hasta ahora. Es su entusiasmo el que hace de esta serie algo único, inigualable hasta el momento. Y el que me anima, de vez en cuando, a volver a ver algún episodio o fragmento y revivir el goce con el que la vi por primera vez cuando TVE la estrenó en España.

Kurioso - Kurioso

Mi relación con el ‘Cosmos’ vino pronto, quizás demasiado. Con tan solo 10 primaveras mi madre me regaló una edición del libro de la Librería de Mujeres. 9 euros por 365 páginas de ciencia. Era el año 82. Una patada brutal a mi visión del mundo por aquel entonces. Los datos, la escala de aquellos dibujos, todo me desbordaba desde la seducción.

El caso es que recorté decenas de fotos del libro para forrar mis carpetas del colegio. Mientras otros exhibían músculos de la revista ‘Gigantes del Basket’ yo fardaba de nebulosas de Cangrejos e ilustraciones de mundos hipotéticos. Era y soy un bicho raro. Sólo unos pocos meses más tarde, me di cuenta del crimen que había cometido. 30 años, cuatro mudanzas y tres hijos después, todavía conservo -como escarnio- aquella edición masacrada por unas tijeras infantiles llenas de curiosidad y fascinación. Perdóname Sagan.

José Cervera - Perogrullo

El tipo tenía el flequillo rebelde, un gusto peculiar en el vestir (ya por aquel remoto entonces), una sonrisa contagiosa y un entusiasmo sospechoso, digno de mejor causa, pongamos química. Pero de lo que hablaba era de física. Hablaba de galaxias y de quarks, de agujeros negros y de quasars, de Big Bangs y de supernovas. Se montaba en una moto y nos llevaba al pueblo italiano donde la velocidad de la luz eran 40 km/h para hacernos entender la relatividad. Nos explicaba que estamos hechos de ceniza de estrellas, provocándonos un escalofrío de comprensión y belleza por la columna vertebral. Y todo el tiempo dejaba claro con su actitud, su empeño y su sonrisa que aquello que nos estaba contando era interesante, apasionante, entretenido, divertido, importante, vital. Entre Rodríguez de la Fuente y Carl Sagan miles de incautos acabamos dedicándonos a la ciencia, y así nos ha ido la vida. Personalmente, jamás se lo podré agradecer lo suficiente.

Antonio Martínez Ron - Fogonazos

La serie ‘Cosmos’ fue un faro para una generación. Cuando se emitió originalmente en TVE, muchos de nosotros éramos aún unos niños, pero empezamos a pensar por primera vez en qué había más allá del Sol y de nuestra propia galaxia. De aquellos días recuerdo el entusiasmo de mi padre ante la televisión y su insistencia en que todo aquello era una maravilla. De hecho, hoy día seguimos comentando de vez en cuando alguno de los detalles de aquellos documentales, deslumbrados todavía por el genio de Sagan.

La serie es un hito de la divulgación científica y consiguió despertar el interés por la Ciencia en millones de personas en todo el mundo. Con los años, muchos la conseguimos como pudimos y devoramos los libros del maestro como auténticas joyas (El mundo y sus demonios, El cerebro de broca…). Con cada uno de aquellos episodios, Sagan consiguió poner a los humanos en perspectiva y mostrarnos lo pequeños que somos en el Universo, unir la sabiduría clásica con los últimos hallazgos y transmitir la pasión por el conocimiento como no se había hecho hasta entonces. Ponerla de nuevo a disposición de la gente es ofrecerles un pequeño tesoro. Ojalá sirva para que otra generación cruce esa puerta y ya no la quiera cerrar.

Carlos Chordá - La ciencia es bella

Vi Cosmos cuando tenía la edad en que uno se enamora perdidamente, y consiguió enamorarme. La volví a ver años más tarde y, al contrario de lo que suele suceder con la mayoría de las series (y con algunos amores de juventud), que pierden con los años, me gustó todavía más. Cosmos (y el magnetismo de Carl Sagan) no es el único motivo por el que amo la Ciencia pero es, sin duda, uno de los más me han marcado.

José María Mateos - Rinzewind

No hace mucho que nos habíamos mudado y en la televisión comenzaban a emitir una serie 'de estrellas' y mi padre dijo que estaba muy bien.

Por aquel entonces tendría unos nueve años y es todo lo que recuerdo; podría dar más detalles, pero me los estaría inventando y eso es muy feo. Resultó que la serie consistía en unos documentales en los que salía un señor con un jersey de cuello vuelto que explicaba cosas difíciles mejor de lo que algunos de mis profesores conseguían hacer con temas sencillos.

Resultó que aquel hombre era Carl Sagan. Un tipo sin pinta de científico (parece que se peinaba, y además no llevaba bata de laboratorio; si se dejaba crecer un poco más el pelo podría haberse hecho pasar por un Beatle) que divulgaba ciencia de forma comprensible a un espectador atento. ¡Una temeridad! Sagan dejó un listón altísimo en lo que a comunicación de la ciencia se refiere: tanto en sus esupendos libros y ensayos como en 'Cosmos' conseguía transmitir sus ideas con un entusiasmo y una claridad en la exposición que rara vez se ha vuelto a ver.

Le debemos mucho a Sagan. A mis nueve años no sabía que para poder hacer una tarta de manzana primero hay que inventar el universo.

Ahora siempre lo tengo en mente.

Miguel Artime - Maikelnai's blog

En 1984, cuando se estrenó la serie en TVE yo tenía 13 años. Era un preadolescente que empezaba a leer las primeras novelas de Asimov. Las imágenes que TVE utilizaba para anunciar la serie me impactaron desde el principio, y recuerdo que mi madre y yo nos juntábamos para ver a aquella nave imaginaria con forma de diente de león recorriendo la galaxia. Los doblajes de Jose María del Río, los maravillosos fondos musicales, los geniales guiones obra de su tercera y última mujer Anne Druyan. No puedes imaginar lo importante que aquella serie fue para mí enamoramiento con la ciencia. Puedo decir sin complejo alguno, que le debo mi interés al espacio a Carl Sagan.

Hace unos años pude conocer a su compañero en la NASA durante el desarrollo de los discos de las Voyager, Frank Drake, el hombre de la ecuación. Y darle la mano, y hablar con él de Carl Sagan en San Francisco fue uno de los momentos más satisfactorios de mi vida.

No me preguntes qué es Cosmos para mí porque si empiezo sería complicado parar. Solo puedo agradeceros el detalle de ofrecerlo junto al periódico. Espero que esto pueda ayudar a que una nueva generación logre engancharse a la ciencia y al encanto de ese insondable cosmos que nos espera ahí afuera, inspirando nuestra imaginación.

Javier Pedreira - Microsiervos

Cosmos me demostró que es posible acercar a todo el mundo conocimientos científicos de manera asequible, así que en buena parte es responsable de que me empeñe en hacer eso desde Microsiervos en la medida de mis habilidades. Por eso me parece genial una iniciativa como esta que permitirá a un montón de personas conocer esta serie y, quizá, descubrir por el camino que la ciencia no es tan fiera como la pintan.

Lucas Sánchez - Sonicando

"Hace dos años que empecé a involucrarme un poquito en el mundo de la divulgación científica. Recuerdo desde el primer día oir hablar de Carl Sagan, por todas partes. Daba igual la temática del blog de ciencia o escepticismo en el que cayera, siempre aparecía Sagan. Y su nombre me sonaba, pero nunca había oído hablar de Cosmos, nunca. Como yogurín que soy me la perdí en la tele, y la verdad, me parece una oportunidad increíble para mi generación tenerla en el Kiosko. Así una nueva generación de divulgadores científicos podremos poner el poster de Sagan en nuestras paredes, aprender de la figura más grande que ha dado la divulgación científica y guardar Cosmos en casa para la siguiente generación"

Manuel Hernán - Ciencia Kanija

Para mi, como para muchos otros amantes de la ciencia de mi generación, Cosmos fue nuestra primera aproximación a un mundo apasionante. Sin ser una serie dirigida a niños, creo que ellos son los que captan la verdadera esencia del mensaje que Sagan quiso transmitir. Lo maravilloso del mundo que nos rodea, la pasión por aprender, la curiosidad por descubrir; Sagan nos transmite todos esos valores de la ciencia a través de un producto muy cuidado tanto en el guión como en la factura, con una música y estética que poco tienen que envidiar a los productos más modernos.

Pese a que han pasado 30 años desde su creación, se ha avanzado mucho en el conocimiento científico y en la forma de hacer televisión, Cosmos sigue siendo una referencia dentro de las series documentales, imprescindible para todo aquél aficionado a la cultura. A nosotros, niños hace 30 años, nos sirvió de inspiración. Estoy seguro de que no será menos hoy.