- España
- Mundo
- Actualidad
- Dinero
- Ciencias
- Tecnología
- Culturas
- Deportes
- Gente y TV
- Vídeos
- Nos dejaron
- Imágenes
- Lo más leído
- Humor
Tosar, personaje del año
Este año ha sido el de Luis Tosar. Además del Goya al Mejor Actor por Celda 211 (y ya acumula tres), se encuentra en las tres películas preseleccionadas por la Academia para los Oscar (Lope, Celda 211, También la lluvia) y está nominado en los premios europeos.
Si Tosar ha sido el actor con mayúsculas, Celda 211 ha sido la película. Fue la gran triunfadora de los premios Goya 2010 al recibir ocho galardones y superar a su rival, Ágora, que consiguió siete. La película dirigida por Daniel Monzón fue galardonada, además, con los premios más importantes: el de mejor película y el de mejor director.
2010 también será recordado por el año en que Penélope Cruz no pudo hacerse con su segundo Oscar y también por En Tierra Hostil, que fue la gran triunfadora de los premios de la Academia.
El escribidor por fin es Nobel
Fue toda una sorpresa. Bien es cierto que Vargas Llosa era el eterno aspirante al Nobel. Cada año figuraba entre la lista de candidatos. En 2010, sin embargo, parecía poco probable que el premio fuera a parar a sus manos. Nada más lejos de la realidad.
El peruano, de 74 años, se convirtió en el primer autor que escribe en español que recibe el premio en los últimos 20 años, desde que en 1990 fuera premiado el mexicano Octavio Paz.
Cervantes no se olvida
Otro prestigioso galardón, el Cervantes, fue para la escritora Ana María Matute, la tercera premiada tras María Zambrano y Dulce María Loynaz. Un premio que un año antes se llevó el escritor José Emilio Pacheco y que recogió en 2010. La anécdota divertida la protagonizó el mexicano durante la entrega del premio, cuando casi pierde los pantalones.
El Nacional de Narrativa fue para Javier Cercas por Anatomía de un instante y Eduardo Mendoza ganó el Premio Planeta por Riña de gatos.
Un milagro en el Prado
Era un secreto guardado en los talleres de restauración del Museo del Prado. El tesoro en cuestión no es otro que un cuadro de Pieter Bruegel el Viejo (1530-1569). La pintura, de escuela flamenca, de casi tres metros de ancho, fue hallada este año para la sorpresa de todos.
El hallazgo tiene más relevancia si cabe si se tiene en cuenta que a Bruegel sólo se le conocen, además de este nuevo descubrimiento, 40 pinturas. La nueva, titulada El vino en la fiesta de San Martín, hace la 41. El cuadro, valorado en siete millones de euros, se quedará en el museo madrileño.
Flamenco, patrimonio de la humanidad
“Ya era hora” fue la expresión más repetida aquel día. La Unesco declaraba en Nairobi (Kenia) al flamenco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Un reconocimiento que fue recibido con palmas. Una alegría que se convertiría más tarde en llanto, con la muerte de Enrique Morente.
El Patrimonio de la Humanidad de la Unesco es la mayor distinción para expresiones culturales, que en 2009, fue para el tango argentino. También fueron distinguidos los Castells y la Sibila de Mallorca y la dieta mediterránea.
Polanski, libre en la piel de Tony Blair
Después de casi un año de suspense legal, las autoridades suizas rechazaron la petición de extradición del tribunal de California que quería juzgar a Roman Polanski por una agresión sexual contra una menor en 1977. El anuncio de las autoridades helvéticas puso fin a 33 años de culebrón, durante los cuales cineasta francés de origen polaco no pudo volver a EEUU. Una confusión legal ocurrida hace tres décadas y la falta de cooperación de las autoridades estadounidenses fueron motivo suficiente para liberar al director. "En estas condiciones, no podemos excluir con total certidumbre que Roman Polanski ya haya purgado su pena y que por tanto la demanda de extradición sufre de un vicio grave", señaló la ministra suiza de Justicia, Widmer Schlumpf.
Mientras se dirimía el espinoso asunto, el director besaba de nuevo los laureles del éxito con 'El escritor', que presenta ciertos paralelismos con su caso. Adam Lang, un antiguo primer ministro británico inspirado en Tony Blair, se entera de que la Corte Penal Internacional quiere procesarlo por crímenes de guerra. El estadista debe decidir si permanecer en EEUU, protegido por la Administración conservadora, o regresar a Inglaterra, donde sus antiguos compañeros de viaje reclaman su cabeza. Una intriga hitchcockniana en la que es difícil dilucidar de qué pie cojean los personajes.
Balada alegre de Pedro y Álex
Pedro Almodóvar firmó su reconciliación con la Academia de Cine al colarse in extremis en los Goya para presentar el premio a la mejor película. "Tenéis un presidente muy pesado. Realmente estoy aquí porque ha insistido hasta la saciedad. Yo tenía mis peros, pero él me dijo 'hacemos como si fuera una cosa de espionaje' y me han llevado a un hotel de enfrente". Allí, Álex de la Iglesia le había reservado una habitación con nombres falsos: los de los dos protagonistas de 'Con la muerte en los talones', Roger O. Thornill y George Kaplan.
De la Iglesia, presidente de la Academia, no sólo lograría el regreso a casa del hijo pródigo del cine español, sino que también obtuvo premios aquí (Premio Nacional de Cinematografía) y allá: 'Balada triste de trompeta', una película salvaje y ultraviolenta que acaba en batalla entre payasos rojos y militares fascistas, se hizo en Venecia con el galardón al mejor guión y el León de Plata a la mejor dirección. "Es una tragicomedia grotesca. Una mezcla de humor, amor y horror", razonó De la Iglesia, cuya nueva historia es un compendio de todas las obsesiones y paranoias que pueblan la filmografía del cineasta vasco. Violencia y lisergia al cubo. La España negra elevada a la máxima potencia. Álex de la Iglesia total.
Lady Gaga visita España
Si en los ochenta Madonna fue uno de los rostros que marcaron la MTV, el siglo XXI es de Lady Gaga: la artista que mejor ha aprendido la lección de todo lo que debe ser una estrella del pop fue la gran ganadora (y ausente) de la gala de los premios que concede la cadena celebrada en Madrid, donde obtuvo los tres galardones más importantes. Los fans españoles de la cantante pudieron resarcirse apenas un mes después en sus conciertos de Barcelona y Madrid.
Lady Gaga se plantó en el Palau Sant Jordi ante 18.000 espectadores con corpiño, botas negras y pocas sorpresas en el repertorio: la diva cuenta con poco más de un disco, The Fame, que le valió un Grammy en 2008, pero la que fue una niña prodigio se reveló como una maga de creahits (pop de toda la vida maquillado con sombras dance y colores glam rock). En el Palacio de los Deportes, 15.000 almas, más los centenares que se quedaron en la puerta sin poder verla, ya que sus entradas eran falsas.
No tiene sentido comparar a Lady Gaga con ninguna otra artista actual (Britney Spears) o pasada (Gwen Stefani). No tiene que ver con los medios de los que dispone. Ni con el equipo que tiene detrás. Tiene que ver con la gracia. Y ella, si consigues no tomártela muy en serio, tiene una gracia irresistible en todo lo que hace. Además de grandes ideas para sí misma, algo de lo que otras estrellas de sesera hueca no pueden presumir.
El plantón griego de Jean-Luc Godard
El padre de la nouvelle vague, Jean-Luc Godard, cumplió 80 años entre velas, premios y estrenos. El autor de 'Pierrot El Loco' o 'Lemmy contra Alphaville' recibió un Oscar honorífico por sus extraordinarios logros en la vida y sus contribuciones excepcionales a la industria del cine, según la Academia. También por haber abierto una senda por la que se adentraron cineastas como Bertolucci, Scorsese, Soderbergh y Tarantino, influenciados por uno de los grandes de la historia del celuloide.
Godard, más allá de los homenajes, siguió detrás del objetivo y presentó en Cannes 'Film Socialism', aunque, en realidad, el francés no hizo acto de presencia. El plantón llegó en forma de carta al director del festival: "Querido Thierry Frémaux, debido a problemas de tipo griego, no podré ser vuestro invitado. Amistosamente, Jean-Luc Godard". La carta manuscrita incluía una página del dossier de prensa del filme con estas palabras: "Con el festival iría hasta la muerte, pero no un paso más allá".
Nos dejaron…
Miguel Delibes, José Saramago, Luis García Berlanga y Enrique Morente brillan por su ausencia. La cultura española y universal se ha quedado sin dos brillantes literatos, un cineasta genuino y un genio del flamenco. Delibes, que murió a los 89 años en Valladolid, fue uno de los grandes maestros de la novela española y supo dar testimonio de la ingrata vida de la España profunda en libros como Las Ratas o Cinco horas con Mario.
La misma edad tenía Berlanga, cuya filmografía esencial (de Plácido a El verdugo) retrató con humor y negrura la misma piel de toro. El portugués José Saramago, premio Nobel del Literatura, expiró en su casa de Lanzarote a los 87, dejando obras tan importantes como Ensayo sobre la ceguera y El Evangelio según Jesucristo. El último de los grandes en morir fue Morente (67 años), cantaor granadino que dominó la ortodoxia del cante, pero quiso revolucionarlo desde dentro con su vanguardista aproximación a géneros espurios como el rock. Descansen en paz.
DISPLAY CONNECTORS, SL